EDIFICACIÓN ESPIRITUAL CRISTIANA EN GRACIA Y VERDAD

El Hombre de Pecado, y su Completa Destrucción (H. H. Snell)

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Duración: 1 hora 17 minutos y 31 segundos

Siete Sermones acerca de la Segunda Venida y el Reino de nuestro Señor Jesucristo.

 

H. H. Snell

 

Quinto Sermón:

 

El Hombre de Pecado, y su Completa Destrucción

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.

 

Lectura Bíblica:

 

"Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos, que no seáis sacudidos fácilmente en vuestro modo de pensar, ni os alarméis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. ¿No os acordáis de que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y vosotros sabéis lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuya venida es conforme a la actividad de Satanás, con todo poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad sino que se complacieron en la iniquidad. Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. Y fue para esto que El os llamó mediante nuestro evangelio, para que alcancéis la gloria de nuestro Señor Jesucristo".

(2ª. Tesalonicenses 2: 1 a 14 – LBLA).

 

En estos sermones, amigos amados, hasta ahora hemos estado ocupándonos de temas que muestran la gracia, el poder y la gloria de Dios. Pero debemos recordar que, aunque Dios ha estado trabajando en el mundo desde el principio, Satanás también ha estado trabajando en el mundo; de modo que si bien la página profética señala claramente cuáles son los propósitos de Dios con respecto a los que son Suyos, también tenemos sombras oscuras, calculadas para dar profundo pesar de corazón, expuestas en las profecías de la Escritura en cuanto al futuro del hombre. Lo que vamos a considerar esta noche es una de las más oscuras imágenes de la verdad divina — a saber, "el hombre de pecado", como lo llama el apóstol en el pasaje que he leído. {Véase 2ª. Tesalonicenses 2: 3 – el Anticristo}. Y tal vez ustedes se sorprenderán cuando les diga que este tema está divulgado en una parte considerable de la Biblia. Está tan divulgado que esta vez no he pensado en colocar ante ustedes más que unas pocas características y circunstancias generales concernientes a esta obra maestra de la iniquidad de Satanás. Por lo tanto, me satisfaré con referirme sólo a algunas de las Escrituras que podrían ser citadas en la consideración de este tema.

 

La importancia de este tema, amigos amados, que ocupa, como lo hace, tal lugar en los escritos proféticos, es claramente expuesta ante nosotros por el apóstol Pedro. En la última parte del primer capítulo de su segunda epístola, él dice, "Tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte". (2ª. Pedro 1: 19 - LBLA). De modo que esta y cada otra parte de la enseñanza profética inspirada nos es presentada como una lámpara que Dios mismo nos ha proporcionado, para que podamos andar de manera agradable a Sus ojos al pasar a través del presente siglo malo. Muchas partes de las Escrituras del Antiguo Testamento llaman a prestar atención a este inicuo; y en el Nuevo Testamento encontramos que nuestro Señor mismo, en Su ministerio, una y otra vez se refirió de la manera más solemne a esta misma persona. En el quinto capítulo del evangelio de Juan Le encontramos diciendo, "Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis". (Juan 5: 43). Después de que el Señor había sido virtualmente rechazado por la nación de Israel, como encontramos en el duodécimo capítulo del evangelio de Mateo, él habla proféticamente de la nación judía en conexión con este inicuo. Él dice, "Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla". (Mateo 12: 43). Ese espíritu inmundo es, indudablemente, el espíritu de idolatría, que en los días del Señor había dejado a la nación de Israel. Pero no encontró reposo. Él no tardará en regresar de nuevo, en asociación con otros espíritus malos. Leemos, "Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus [un séptuple espíritu de iniquidad diabólica, que se va a personificar en el hombre de pecado] peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación". (Mateo 12: 44, 45). Nada puede ser más claro desde estas palabras que nuestro Señor habló aquí proféticamente del postrer estado de Israel como una nación, cuando su iniquidad sea completa. Hay otro pasaje en Mateo 24 al cual me referiré. Al responder la pregunta de los discípulos acerca de cuándo vendría Él de nuevo a Israel, Él dice, entre otras cosas, "Por tanto, cuando veáis la ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, {la imagen de la primera bestia del Apocalipsis} de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo (el que lea, que entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes". (Mateo 24: 15, 16 – LBLA). Pues bien, si ustedes consideran el final del noveno capítulo del libro de Daniel, verán que el profeta se refiere a la misma persona a la que el Señor llama aquí a prestar atención en Su relación con el templo, que habrá sido reconstruido antes de eso. {Ver nota 1}. Estas referencias de nuestro Señor enseñan claramente la importancia del tema.

 

{Nota 1 de las notas de R. A. H. incluidas en su compilación de los escritos de H. H. Snell.  «Algunos escritores, como H. H. Snell aquí, no han distinguido claramente el anticristo, el cual es el Hombre de Pecado, el Falso Profeta, el Rey de Daniel 11: 36, el pastor ídolo de Zacarías (Zacarías 11: 17 – KJV 1769), el hombre de la tierra, la segunda bestia de Apocalipsis 13 — de la primera bestia de Apocalipsis 13, que es el príncipe que ha de venir de Daniel 9, el Lucero de Isaías 14, el último que sostiene el poder del imperio primeramente encomendado al Babilonio, Nabucodonosor. Esta primera bestia de Apocalipsis 13 es la cabeza del Imperio Romano restablecido. La segunda bestia es el Anticristo, rey en Jerusalén, el cual encabeza la adoración de la Cristiandad y del Judaísmo apóstatas.»}

 

La porción de la Escritura que leí en Tesalonicenses nos muestra que este tema formaba parte del ministerio del apóstol Pablo al ir de ciudad en ciudad. Él no permaneció mucho tiempo en Tesalónica, ya que de la lectura del libro de los Hechos encontramos que su visita allí fue corta; y aunque las personas que recibieron la verdad allí se convirtieron en aquel entonces mediante su ministerio pastoral, sin embargo, él les dice al escribirles, "¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?" (2ª. Tesalonicenses 2: 5). Sabemos, también, de la lectura de Hechos 17: 7, que lo que excitó la persecución allí no sólo fue la predicación de que Cristo era el Salvador de los pecadores, sino que Él iba a venir a reinar como el único y legítimo Soberano. Los adversarios dijeron, "todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús". Encontramos que el apóstol, al escribir su segunda epístola a los Tesalonicenses, bajo la dirección e inspiración del Espíritu Santo, ocupa una parte considerable de ella exponiendo la verdad en cuanto a las características, los modos de obrar y la destrucción del "hombre de pecado".

 

Si ustedes avanzan a la primera y a la segunda epístolas de Juan, encontrarán que él habla una y otra vez de este inicuo; y en el libro del Apocalipsis, que es un libro de resultados, y que considera las cosas en su condición madura, ustedes encontrarán un ejemplo más amplio de las actuaciones y la influencia de esta obra diabólica que en cualquier otra parte de la Escritura. Por lo tanto, de estas consideraciones me parece incuestionable que Dios lo ha convertido en un tema importante para la consideración de Sus queridos hijos.

 

Con respecto a este fruto del poder de Satanás, en el extracto de la epístola a los Tesalonicenses que hemos leído, él es llamado "el hombre de pecado", "el hijo de perdición" (2ª. Tesalonicenses 2: 3), el "inicuo" (2ª. Tesalonicenses 2: 8). Él es llamado mediante varios nombres en las Escrituras veterotestamentarias. Por ejemplo, en el libro de los Salmos él es llamado "opresor", y muchos otros nombres. Isaías lo llama, "el rey". Hay un versículo en Isaías al cual yo debo llamar a prestar atención, porque él es visto allí en conexión con su destrucción. Se trata del último versículo del capítulo 30, leemos, "Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende". (Isaías 30: 33). El profeta Daniel lo llama "el rey" (Daniel 11: 36, "un hombre despreciable" {Daniel 11: 21 — en realidad esto es un presagio del final rey del Norte}, etc. El apóstol Juan lo llama "Anticristo"; y en el libro del Apocalipsis este sistema Satánico es traído ante nosotros en su pleno desarrollo bajo el nombre de "la bestia" {otra bestia, Apocalipsis 13: 11 a 18} y, "falso profeta" (Apocalipsis 16: 13; 19: 20; 20: 10).

 

Puede ser planteada la pregunta, ¿cuáles son las características del hombre de pecado? En respuesta a lo cual, permitan que yo comente primero que el relato que tenemos no es sencillamente una descripción de una serie de principios, sino de una persona que manifiesta la acción humana práctica de diversas maneras. Él es llamado "el hombre de pecado" debido a que él es el pecado personificado. El contexto nos muestra que es un hombre impetuoso, incontrolado en voluntad y soberbia, y que, bajo la poderosa energía de Satanás, él está llevando a cabo los principios de un corazón falso, no regenerado, y enajenado — un corazón al que se le permite manifestar hasta lo sumo su enemistad contra Dios. Él es descrito también por el apóstol Juan en sus primera y segunda epístolas. En 1ª. Juan 2 leemos, "Hijitos, es la última hora, y así como oísteis que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora. Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros". (1ª. Juan 2: 18, 19 – LBLA). Asegúrense de notar aquí que estos muchos anticristos estuvieron una vez en asociación con los que estaban relacionados con Cristo, ellos, "salieron de nosotros". Yo llamo a prestar atención a esto, porque en 2ª. Tesalonicenses 2, la apostasía y el hombre de pecado están juntamente asociados, y ustedes también los ven juntamente relacionados aquí por el Espíritu Santo por medio del apóstol Juan. En la primera epístola de Juan tenemos también la expresión, "Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo". (1ª. Juan 2: 22 – LBLA). Y, además, "todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo". (1ª. Juan 4: 3). En la segunda epístola de Juan leemos, "Porque muchos engañadores han entrado en el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es un engañador y un anticristo". (2ª. Juan 7 – KJV 1769). Pues bien, aquí tenemos las cualidades morales, o más bien inmorales, de la persona. Él subvierte los fundamentos mismos del cristianismo; niega al Padre y al Hijo; niega que Jesucristo ha venido en carne; él es completa y públicamente un rechazador de las verdades fundamentales del Cristianismo; él es uno que desecha la persona de Cristo mismo. Además, en 2ª. Tesalonicenses 2 se habla de este hombre de pecado, este hijo de perdición, como uno que, "se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios". (2ª. Tesalonicenses 2: 4 – VM). Él no niega simplemente a Cristo, sino que se opone a Dios. él niega al único Dios verdadero; él mismo se exalta sobre todo Dios, es decir, sobre los dioses de los paganos, así como sobre el único Dios verdadero, el Dios de Israel. Él ocupa su lugar en el templo (pues en aquel momento el templo en Jerusalén ya habrá sido reconstruido), sentado allí para ser adorado; y, como veremos dentro de poco, cuando él sea manifestado, todo el mundo estará absorto con él y le adorará. Las Escrituras nos presentan así una clara enseñanza en cuanto a las características del "hombre de pecado".

 

La pregunta que viene ahora es, ¿Quién puede ser esta persona? Yo soy consciente de que un gran número de personas creen que él debe ser el papa de Roma, pero me parece totalmente imposible conciliar esa opinión con las Escrituras que hemos leído. Es conveniente para los Protestantes colocar todo sobre el Papa, sin pensar que ellos mismos pueden estar profundamente impregnados con lo que se ha llamado con razón, 'el papismo del protestantismo.' Si alguien dijera que el sistema del papismo concuerda con lo que encontramos en Apocalipsis 17, donde tenemos la descripción de "la ramera", con quien los reyes de la tierra y el pueblo cometían fornicación espiritual, ello sería bastante cierto. Nosotros leemos allí acerca de multitudes de todas las naciones que están desviadas en sus afectos y deseos mientras profesan el nombre de Cristo, cuyos corazones están puestos sobre otros objetos mientras retienen la profesión externa de Su nombre. Yo digo, entonces, si eso era por lo que algunos contendían como aplicable al papismo, no deberíamos tener ninguna dificultad en admitir la afirmación de que el papismo tiene un gran lugar en la Babilonia religiosa del capítulo en Apocalipsis al que he aludido.  Pero yo no actuaría fielmente si dijera que esa descripción de los principios que son expuestos se limitara al papismo. Sin duda, el papismo lidera, pero creo que ello se ha propagado más o menos a través de toda la Cristiandad.

 

Intentaré presentar unos pocos motivos para mostrar el motivo por el cual el papa de Roma no puede ser aquel al que se hace referencia aquí bajo el título de, "el hombre de pecado". En primer lugar, como hemos visto, la Escritura nos dice que el hombre de pecado se opone y niega al Dios vivo y verdadero, no dando lugar a Dios, diciendo que él mismo es Dios. En segundo lugar, niega el hecho de que el Señor Jesucristo vino en carne, dice que él es el Mesías, el Cristo, y que él es la persona a cuya venida se refieren las Escrituras. Sin decir yo nada a favor del papismo, pero creyéndolo totalmente contrario al pensamiento de Dios, la justicia me prohibiría decir que el papa mismo muestra que él es Dios, o que se opone y se exalta sobre todo lo que se llama Dios, o que está sentado en el templo de Dios, lo cual señala a Jerusalén como su localidad, prohibiendo la adoración a cualquier Dios que no sea él mismo, ni se puede decir que el papa niega pública y manifiestamente al Padre y al Hijo, y el hecho de que Jesucristo vino en carne. Pues bien, el lema mismo del papa de Roma es que él es, 'el vicario de Dios en la tierra.' Indudablemente, es debido a que hay tanto mal terrible asociado con el sistema del papismo que los cristianos han sido guiados algo apresuradamente, y sin sopesar las Escrituras, a asociarlo con ese sistema de fornicación del cual encontramos que se habla en el Apocalipsis como ebrio "de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús". (Apocalipsis 17: 6). Pero el papismo y la bestia son dos líneas de verdad diferentes, tal como muestran los capítulos 13 y 17 de Apocalipsis. Y yo creo que Satanás ha ayudado a fomentar esta conclusión equivocada, a fin de que él pueda llevar a cabo más silenciosa y gradualmente este misterio de iniquidad, del cual se nos dice en un lugar que "está en acción" (2ª. Tesalonicenses 2: 8), y en otro, que, "aun ahora se han levantado muchos anticristos". (1ª. Juan 2: 18). Los ojos de muchos han estado cerrados al terrible sistema que Satanás tiene en acción a nuestro alrededor; y ciertamente, si los cristianos fueran conscientes de ello, verían la importancia de aferrarse al Señor Jesús, sintiendo que sólo bajo Su cuidado podrían estar a salvo de los muchos y peligrosos lazos que son puestos para atraparlos. Satanás está introduciendo activa y exitosamente un diluvio de incredulidad. Entonces, además, esta persona de la que se habla como "el hombre de pecado" va a continuar con su carrera pública por un tiempo limitado de cuarenta y dos meses. Ustedes también encontrarán, al final de Apocalipsis 17,  que la ramera es destruida por los reyes y la bestia, y el reino de ellos es dado a la bestia. Leemos, "Y los diez cuernos que viste y la bestia, éstos odiarán a la ramera y la dejarán desolada y desnuda, y comerán sus carnes y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar su propósito: que tengan ellos un propósito unánime, y den su reino a la bestia hasta que las palabras de Dios se cumplan". (Apocalipsis 17: 16, 17 – LBLA).Esto muestra que el sistema del papismo será desechado por los reyes de la tierra. Después de soportar el yugo de esta incasta mujer por largo tiempo, los reyes y las naciones se cansan de ella, la repudian, aborrecen su carne, y la privan de sus riquezas y gloria terrenales, y entonces dan su lealtad a la bestia. Así que realmente el papismo tendrá que ceder y hacer espacio para "el hombre de pecado" —la bestia. {Ver nota 2}.

 

{Nota 2. «La bestia sobre la cual la mujer está sentada durante la primera mitad de la semana 70 de Daniel es la cabeza política del imperio romano restablecido, es decir, la primera bestia de Apocalipsis 13. El hombre de pecado, es decir, el Anticristo final de la profecía, es la segunda bestia en Apocalipsis 13, quien también es el falso profeta de Apocalipsis 19.}

 

Pero debemos pasar a mencionar otro asunto. Se habla de algo como que está refrenando, conteniendo y obstaculizando el pleno desarrollo de este gran misterio de iniquidad. Tenemos al apóstol diciéndonos en el sexto versículo: "Y vosotros sabéis lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo [o, aquel sin ley]". (2ª. Tesalonicenses 2: 6 a 7 – LBLA). Observen aquí que el misterio de la iniquidad comenzó a obrar en el día del apóstol. Juan, como hemos visto, nos habla de que las personas que estaban haciendo el trabajo del Anticristo habían estado en profesada comunión con los santos de Dios. El mal ha estado en acción desde esa hora hasta ahora. Pero hay un cierto poder que está obstaculizando su revelación completa y abierta. Ahora bien, ¿cuál es ese poder? Parece muy evidente que sólo puede ser uno. Recuerden que los agentes en este misterio de iniquidad son el hombre y Satanás; y ellos no se aplicarían a sí mismos la influencia contenedora, eso es muy claro. Además, nosotros sabemos que Dios está aquí, morando por medio de Su Espíritu en el cuerpo de Cristo que es, la Iglesia. ¿Somos nosotros suficientemente conscientes de este hecho? Las personas leen las Escrituras veterotestamentarias, y se deleitan cuando encuentran que la gloria de Jehová llenó el templo; pero poco piensan ellas acerca de que la presencia de Dios por medio de Su Espíritu habita ahora en el templo espiritual, — a saber, la Iglesia, el cuerpo de Cristo — compuesto, no de ladrillos y argamasa, sino de piedras vivas nacidas de nuevo del Espíritu Santo, cementadas juntamente por la sangre de Jesús. Esto es declarado en el segundo capítulo de la epístola a los Efesios, donde se habla de nosotros como que somos "juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu". (Efesios 2: 22). Entonces, la presencia de Dios está aquí. Dios tiene una morada ahora en la tierra; ella es Su Iglesia, compuesta de Su propio pueblo, los cuales son "juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu". Tenemos aquí dos cosas, a saber, personas regeneradas, — eso es una cosa; y el Espíritu Santo habitando estas personas regeneradas como la Iglesia de Dios, — eso es otra cosa. La Iglesia de Dios es la casa de Dios, la habitación de Dios; y el asunto fue tan solemnemente comprendido en tiempos apostólicos, que cuando una persona era puesta afuera de la Iglesia en disciplina, dicha persona era entregada a Satanás. El mundo es el lugar de Satanás. La Iglesia está llena de la presencia de Dios por medio de Su Espíritu; el mundo yace bajo el poder del maligno, el cual "anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar". (1ª. Pedro 5: 8 – LBLA). Me parece que la gran influencia que refrena es lo que uno ve puesto en acción todos los días. Si un varón entrara en esta ciudad con alguna difundida doctrina pagana, algo que atacase las verdades fundamentales de la Escritura, — yo pregunto, ¿quién le resistiría? ¿Quién se opondría a la innovación acerca de la verdad? ¿Acaso no lo harían los santos de Dios? ¿Cuál es el poder que los impulsaría? ¿No sería el Espíritu de Dios, que mora en ellos? Este es el poder que refrena al que aludo. El alma enseñada por el Espíritu puede ver el misterio que obra alrededor en casi todas partes; pero que no se atreve a salir abiertamente hasta que la Iglesia se haya marchado. Cuando la esperada venida de Cristo, el anhelado momento llegue, cuando el Señor descenderá en el aire con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, y Sus santos sean arrebatados para encontrarse con Él, entonces encontramos, de la lectura de Apocalipsis 12, que Satanás, el cual tiene ahora acceso a los lugares celestes para acusar a los hermanos, será expulsado, y descenderá a esta tierra con gran poder, sabiendo que ello sólo será por poco tiempo. Entonces, con sus poderosas influencia y energía, él investirá a este ser con los poderes de las regiones infernales. Pero, gracias a Dios, nosotros no estaremos aquí en aquel entonces; y este es un punto muy importante a tener en cuenta. Si ustedes pasan por un momento a Apocalipsis 13, encontrarán que cuando este inicuo blasfema, él no solamente blasfema contra Dios, sino que también blasfema "contra los que moran en el cielo" (Apocalipsis 13: 6 – LBLA). {Ver nota 3}. ¿Quiénes son estos que moran en el cielo? Ellos son los santos que han sido arrebatados para encontrar al Señor en el aire, los que en el capítulo anterior son llamados a regocijarse porque Satanás es expulsado del cielo.

 

{Nota 3. «Al lector se le recuerda que Apocalipsis 13: 1 a 10 se refiere a la cabeza del imperio Romano restablecido (el príncipe que ha de venir de Daniel 9). Es la segunda bestia la que es el Anticristo, el Hombre de Pecado, el falso profeta (el portavoz de la primera bestia.»}

 

Los que moran en el cielo es una expresión común en el libro del Apocalipsis. Los que moran en el cielo son colocados en contraste con los "habitantes de la tierra". Los nuevos convertidos estaban familiarizados con estas verdades en los días del apóstol. Por consiguiente, el apóstol escribió a estos nuevos cristianos en Tesalónica, dando por cierto que ellos eran conscientes de esto. Él dice, "vosotros sabéis lo que lo detiene por ahora, etc. (2ª. Tesalonicenses 2: 6 – LBLA). Ustedes no deben suponer que ello requiere que los que han sido cristianos durante más años tengan en consideración estas cosas. Yo estoy persuadido de que los nuevos cristianos a menudo las consideran con mucha más sencillez y seriedad que los que han sido cristianos por muchos años. Yo he visto a muchos cristianos recién convertidos que han comenzado a considerar las verdades de la venida del Señor, y Sus juicios y glorias, con las mayores disposiciones de mente y de inteligencia espiritual; mientras que los que han sido cristianos por muchos años, a partir de pensamientos errados que han obtenido de una mala enseñanza, han encontrado muy difícil desaprender y superar opiniones y prejuicios tan apreciados desde hace mucho tiempo. Es feliz para cualquiera estar dispuesto a someterse a la palabra de Dios. Es bueno recordar que, no obstante las muchas dificultades que algunos encuentran en su senda, ello no altera lo que ha sido dicho con respecto a estas cosas en la palabra inalterable de Dios. Pero, volvamos a nuestro tema. Entonces, cuando los santos se hayan marchado, — es decir, cuando los que son de Cristo hayan sido arrebatados para encontrarse con el Señor en el aire, — cuando lo que detiene sea quitado, se nos dice, "entonces será revelado ese inicuo [o, aquel sin ley]". (2ª. Tesalonicenses 2: 8 – LBLA). Entonces él aparecerá públicamente, pero no antes.

 

En el libro de Daniel tenemos enseñanza en cuanto al funcionamiento y el desarrollo de este "misterio de la iniquidad". (2ª. Tesalonicenses 2: 7 – LBLA). En Daniel 7 tenemos, en primer lugar, los cuatro imperios de "los tiempos de los Gentiles" (Lucas 21: 24) bajo la semejanza de bestias salvajes, y el cuarto imperio o imperio romano es descrito en gran medida. {Ver nota 4}.

 

{Nota 4. «De hecho, el cuarto imperio es visto en su estado restablecido en el momento del fin. El cuerno pequeño de Daniel 7 es el príncipe romano que ha de venir de Daniel 9, la primera bestia de Apocalipsis 13 13,  — es decir, la cabeza política. Daniel 7 no se refiere al Anticristo, el Hombre de Pecado.»}

 

Tenemos sus características en su unidad bajo la forma de una cuarta bestia, espantosa, terrible y en gran manera fuerte. Tenía dientes grandes de hierro; devoraba, etc. Lo tenemos también en sus reinos separados,  en sus "diez cuernos". Entre ellos también fue visto otro cuerno pequeño, manifestando inteligencia, el cual "tenía ojos como de hombre", y también, "hablaba con mucha arrogancia" (Daniel 7: 8 - LBLA). La explicación es presentada en los versículos veinticuatro y siguientes donde leemos, "Y los diez cuernos de este reino son diez reyes que se levantarán, y otro se levantará después de ellos; él será diferente de los anteriores y subyugará a tres reyes. Y él proferirá palabras contra el Altísimo y afligirá a los santos del Altísimo, e intentará cambiar los tiempos y la ley; y le serán entregados en sus manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo. Pero el tribunal se sentará para juzgar, y su dominio le será quitado, aniquilado y destruido para siempre". (Daniel 7: 24 a 26 - LBLA). Este cuerno pequeño de la bestia es, sin duda, el poder gobernante de los diez reinos — es decir, la cuarta bestia. Apocalipsis 17 nos dice que los diez reyes tienen un propósito unánime, y dan su poder y autoridad a la bestia. El poder y el gobierno de todo el imperio compuesto en aquel entonces por los diez reinos están personificados en este cuerno pequeño. Observen, también, que él habla palabras arrogantes contra el Altísimo; blasfema contra Dios; quebranta a los santos del Altísimo; persigue y ejecuta a los santos que están en aquel entonces en la tierra; él, "intentará cambiar los tiempos y la ley; y le serán entregados [es decir, los tiempos y la ley, las fiestas y ordenanzas judías, cualesquiera que ellas puedan ser] en sus manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo". (Daniel 7: 25 – LBLA); él desechará las ordenanzas, no obstante lo formales e imperfectas que puedan ser, las cuales los judíos en incredulidad habrán establecido en reconocimiento al Dios de Abraham. El siguiente versículo nos muestra, sin embargo, que su dominio es destruido. El undécimo versículo dice, que debido al ruido de las palabras arrogantes que hablaba este cuerno pequeño, a la bestia se le dio muerte, y su cuerpo fue destrozado y lo echaron a las llamas del fuego. Leemos, "Entonces yo seguí mirando a causa del ruido de las palabras arrogantes que el cuerno decía; seguí mirando hasta que mataron a la bestia, destrozaron su cuerpo y lo echaron a las llamas del fuego". (Daniel 7: 11 – LBLA). Aunque este cuerno pequeño tendrá el gobierno de los diez reinos concentrados en él mismo, sin embargo, tanto ellos como él serán destruidos. Leemos, "Pero el tribunal se sentará para juzgar , y su dominio le será quitado, aniquilado y destruido para siempre". (Daniel 7: 26 – LBLA). En todo esto vemos muy claramente, no sólo la terminación apóstata de los tiempos de los gentiles, sino también que su poder se concentrará en blasfemar contra Dios y oprimir a los santos que en aquel entonces están en la tierra, a saber, los judíos fieles. En Daniel 9 se hace referencia al mismo instrumento de Satanás como aquel que confirmará el pacto con muchos durante una semana, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda, etc. Esto nos muestra que no será hasta la mitad de la semana, o al final de tres años y medio, que él será públicamente desenmascarado, y saldrá a la luz en la forma más grosera de soberbia e infidelidad. Con respecto a la expresión, "tiempo, por tiempos y por medio tiempo" (Daniel 7: 25 - LBLA), nosotros encontraremos que "tiempos" es usado por "años", como, por ejemplo, en la lectura marginal de Daniel 11: 13 donde leemos, "al cabo de algunos años", la nota al margen reza, "al cabo del tiempo de años". También esto concuerda exactamente con los períodos de cuarenta y dos meses, y 1260 días, el tiempo en que la bestia del Apocalipsis continuará después de que sea revelada. En Daniel 11 tenemos al rey voluntarioso del que se habla en los versículos veintiuno y veintidós. Leemos, "Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos. Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto". (Daniel 11: 21, 22). { — este es en realidad un pasado precursor del rey del Norte.}. Leamos también el versículo 36 y siguiente. "El rey hará lo que le plazca, se enaltecerá y se engrandecerá sobre todo dios, y contra el Dios de los dioses dirá cosas horrendas; él prosperará hasta que se haya acabado la indignación, porque lo que está decretado se cumplirá. No le importarán los dioses de sus padres ni el favorito de las mujeres, tampoco le importará ningún otro dios, porque él se ensalzará sobre todos ellos". (Daniel 11: 36, 37 – LBLA).

 

Sin hacer más comentarios acerca de estas partes del libro de Daniel, es evidente que ellas se refieren al mismo período del que hemos estado leyendo en la segunda epístola a los Tesalonicenses — un período cuando el poder gentil, que fue entregado por Dios en manos de Nabucodonosor, se encontrará en asociación directa con Satanás, en abierta blasfemia e idolatría — un período en el que los judíos, excepto un remanente fiel, fracasará y adorará a un hombre que se opone y se exalta a sí mismo contra Dios, — un período también en el que aquellos que son fieles al Dios vivo y verdadero tendrán que sellar su testimonio con su propia sangre. Pero todo esto es sacado a relucir más plenamente en el libro del Apocalipsis, al que pasaremos ahora.

 

Como he dicho, el Apocalipsis es un libro de resultados — todo está visto allí en plena eclosión. Todo el sistema anticristiano es sacado allí a la luz. Dios y Sus adversarios se enfrentan allí. El heredero legítimo — el Señor Jesús es visto allí. En Apocalipsis 13 el misterio de la iniquidad se desarrolla plenamente. Dos instrumentos del mal, bajo el poder directo de Satanás, son traídos ante nosotros. El primer y el segundo versículos nos presentan el origen y las relaciones de la primera bestia. Leemos, "El dragón se paró sobre la arena del mar. Y vi que subía del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas; en sus cuernos había diez diademas, y en sus cabezas había nombres blasfemos. La bestia que vi era semejante a un leopardo, sus pies eran como los de un oso y su boca como la boca de un león. Y el dragón le dio su poder, su trono y gran autoridad". (Apocalipsis 13: 1, 2 – LBLA). Estos versículos, comparados con la primera parte de Daniel 7, nos muestran que las cualidades de los cuatro imperios están concentradas en él. Sus diez cuernos también están coronados, para mostrar que él es el poder regente de los diez reinos. Los nombres blasfemos en sus cabezas significan también su antagonismo con Dios. Observen también que el dragón, del cual se dice en Apocalipsis 12 que es "la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás" (Apocalipsis 12: 9 – LBLA), el cual engaña al mundo entero, inspira a la bestia. "Y el dragón le dio su poder, su trono y gran autoridad". (Apocalipsis 13: 2 - LBLA). De modo que nosotros no debemos considerar a la bestia simplemente como hombre, sino como un hombre impetuoso y energizado por el poder y la autoridad de Satanás. Nosotros sabemos que Satanás entró en Judas (Lucas 22: 3). Vemos allí un ejemplo de sus modos de obrar. Desde aquel momento él estuvo tan en contra de Cristo, que salió de Su presencia; y estaba tan empeñado en consumar su mal propósito, que Jesús dijo: "Lo que vas a hacer, hazlo pronto". (Juan 13: 27 – LBLA). ¡Él Le traicionó con un beso! No se maravillen entonces de que tales modos de obrar diabólicos y engañosos serán practicados por el hombre en la tierra de aquí a poco, cuando toda la maldad de Satanás, y toda la enemistad incontrolada del corazón del hombre se combinen. Nosotros también podemos comprender, yo creo, el motivo por el cual él tiene tal popularidad que, "la tierra entera se maravilló y seguía tras la bestia" (Apocalipsis 13: 3 – LBLA). Puede haber un rechazo, leemos, "Vi una de sus cabezas como herida de muerte" (Apocalipsis 13: 3); pero él pronto se recuperará {ver nota 5}. Su herida mortal será sanada, y todo el mundo se maravillará y le seguirá.

 

{Nota 5. «La herida de muerte ocurrirá a la mitad de la semana 70 de Daniel.»}

 

Satanás siempre ha tenido la ambición de ser adorado; y él lo tendrá en aquel entonces. Recuerden ustedes que él propuso dar todo su poder y su gloria a Jesús, si Él le adoraba (Lucas 4: 6, 7). Pero el Señor de gloria resistió la soez oferta. No será así de aquí a poco. Habrá una abundancia de adoradores del diablo en aquel entonces. Se nos dice, en el cuarto versículo: "y adoraron al dragón [es decir, al diablo, como hemos visto] que había dado autoridad a la bestia". (Apocalipsis 13: 4 – LBLA). La bestia también es adorada. Leemos, "y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?" (Apocalipsis 13: 4 – LBLA). ¡Cuán lamentable! el hombre es apto para esto, a saber, su disposición para someterse a alguien que puede mostrar su poder al establecer la grandeza humana en este mundo asolado por el pecado e impenitente. Al hombre le encanta ver la grandeza, la gloria y el poder en relación consigo mismo como pecador, y con la antigua creación acreditada en su ruina actual. El pueblo con agrado habría hecho rey a Jesús en esos términos. Sentían lo ventajoso que sería para ellos mismos tener un rey que pudiera hacer milagros tales como alimentar a miles de personas con cinco panes de cebada y dos pececillos; y esta consideración puramente egoísta los llevó a desear poder tener a Jesús como rey. Pero Su reino no era de este mundo. La mente del hombre debía ser transformada, el asunto del pecado y la culpa debía ser resuelto de manera justa antes de que Él pudiera asumir Su legítimo lugar como rey sobre toda la tierra. El modo de obrar de Satanás es ignorar, si es posible, el asunto del pecado; para exaltarse a sí mismo y exaltar al hombre; oponerse a Dios y negar a Cristo; y cuando este abismal "misterio de la iniquidad" por tanto tiempo en acción, esté plenamente maduro, entonces se manifestará de manera sorprendente la terrible verdad de las palabras que su soez resuello pronunció en el santo oído del Hijo de Dios, cuando le mostró todos los reinos del mundo en un momento de tiempo, leemos, "Todo este dominio y su gloria te daré; pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy". (Lucas 4: 6 – LBLA). Cuán seriamente debemos considerar los principios que están en acción de manera tan activa en nuestros días, de exaltar al hombre y de quitar importancia a Dios y a Cristo; porque vemos dónde ellos deben terminar antes de que transcurra mucho tiempo.

 

Pero las características de esta primera bestia están descritas con más detalle en el versículo 5 y los siguientes, leemos, "Se le dio una boca que hablaba palabras arrogantes y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, es decir, contra los que moran en el cielo. Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación". (Apocalipsis 13: 5 a 7 – LBLA). La bestia es, entonces, enfáticamente un blasfemador. Él blasfema contra Dios, y blasfema contra los que moran en el cielo; él oprime y vence a los santos; y, ¡oh! ¡qué terrible! a él se le da autoridad; solamente piensen en esto, "se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación". ¡Cuán peculiarmente solemne es esto! Sin embargo, él va a continuar sólo por "cuarenta y dos meses ", o tres años y medio. Todo esto concuerda mucho con la descripción presentada del "cuerno pequeño" en Daniel 7. Sin embargo, hay aquí un añadido muy terrible. Leemos, "Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado". (Apocalipsis 13: 8 – LBLA, JND). Esto es un poco de lo que viene sobre la tierra. Esto es adonde muchos se apresuran ansiosamente. Pero el poder del gran engañador será tan grande, que ninguno de aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida escapará de ser arrastrado al vórtice de esta trampa diabólica. En aquel entonces los santos tendrán que manifestar paciencia, y ejercitar la fe; y el Espíritu añade una palabra muy oportuna, "Si alguno tiene oído, que oiga" (Apocalipsis 13: 9 – LBLA). ¡Cuán benigno por parte de Dios, no sólo por presentarnos tales detalles de cosas que pronto vienen sobre el mundo, sino por exhortarnos a tener un oído que oiga, para que podamos mantener una senda de separación activa de todos los principios del anticristo que nos rodean! Todo esto, amigos amados, infiere lecciones profundas y prácticas para nuestros corazones.

 

La segunda bestia que es vista en este capítulo, que es llamada en Apocalipsis 19 "el falso profeta", está en alianza con la primera bestia en esta obra maestra de engaño diabólico. Es muy importante notar que "ejerce toda [no alguna, sino toda] la autoridad de la primera bestia" (Apocalipsis 13: 12); ni una partícula menos en poder que la primera, a quien Satanás dio su poder, su trono y su gran autoridad. (Apocalipsis 13: 2). Leemos, "Y vi otra bestia que subía de la tierra; tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero y hablaba como un dragón. Ejerce toda la autoridad de la primera bestia en su presencia, y hace que la tierra y los que moran en ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada". (Apocalipsis 13: 11, 12 – LBLA). Observen ustedes, es un falso profeta. No tiene diez cuernos, sino dos cuernos semejantes a los de un cordero, — externamente semejante a un cordero, pero realmente satánico; " hablaba como un dragón". De esta manera él engaña. Hay una ausencia total de la verdad divina. Es una intervención mentirosa de Satanás. Jesús dijo en Mateo 24 que habría falsos Cristos y falsos profetas; y los hombres que no oyen las palabras de Cristo, y no aman la verdad, caerán en este lazo fatal. Hay tres maneras en que él engañará a los que moran en la tierra. Primero, hará lo mismo que Elías hizo para demostrar que el Dios de Israel es el Dios viviente en un tiempo de idolatría y alejamiento de Dios, a saber, trajo fuego del cielo, recordarán, para consumir el sacrificio. (1º. Reyes 18). Por eso se nos dice, en el versículo 13, que él, "También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres". (Apocalipsis 13: 13). En segundo lugar, él obra milagros. Nosotros sabemos que nuestro Señor, en Juan 5: 36, se refirió a las obras que Él hacía en el nombre de Su Padre como demostración de que Él vino de Dios; y Pedro, cuando predicó a los judíos en el día de Pentecostés, se refirió a este mismo asunto como un testimonio de la aprobación de Dios. Él dijo, "Hombres de Israel, oíd estas palabras: Jesús de Nazaret fue hombre acreditado por Dios ante vosotros con hechos poderosos, maravillas y señales que Dios hizo por medio de él entre vosotros, como vosotros mismos sabéis". (Hechos 2: 22 – RVA). Leemos también en 2ª. Tesalonicenses 2, acerca de este "inicuo cuya venida es conforme a la actividad de Satanás, con todo poder y señales y prodigios mentirosos". (2ª. Tesalonicenses 2: 9 – LBLA). En tercer lugar, él dará aliento (no vida, sino aliento) a una imagen que la gente tuvo que hacer, y también hará que ella hable. ¿Podemos concebir un engaño más profundo? ¿Podemos nosotros concebir de qué manera puede alguno escapar de este lazo del cazador sin ser atrapado y sin ser socorrido por el Espíritu de Dios? ¿Qué ayuda serán, en aquel entonces, el razonamiento abstruso y los refinamientos de la filosofía? Pues la razón debe concluir que él es el Mesías, un verdadero profeta de Dios. La razón debe decir, «él hace lo que Elías hizo, él hace lo que Cristo hizo»; sí, aunque no le es permitido dar vida, él da a un ídolo tallado de humana invención, aliento y voz; leemos, "Y engaña a los habitantes de la tierra a causa de las señales que se le concedió hacer en presencia de la bestia, mandándoles a los habitantes de la tierra hacer una imagen en honor de la bestia que tiene la herida de espada y que revivió. También le fue permitido dar aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hablase e hiciera que fueran muertos todos los que no adoraran a la imagen de la bestia. Y ella hace que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, es decir, el nombre de la bestia o el número de su nombre". (Apocalipsis 13: 14 a 17 – RVA). Una vez más, yo pregunto, amigos queridos, ¿es posible identificar esta descripción con las abominaciones del papismo? El tiempo pasa rápidamente, y pronto estas líneas proféticas serán realidades en la tierra. Observen, también, la imposibilidad de la neutralidad en aquel día. Algunos hombres tratan ahora de ocultarse bajo el pretexto de «no hacer ninguna profesión en absoluto», y se enorgullecen de ello, sin pensar que mediante esto rechazan abiertamente la entrega a Cristo. Pero no puede haber neutralidad en los días del "hombre de pecado".  Ninguno puede escapar; deben tener "la marca de la bestia" (Apocalipsis 16: 2; 19: 20), o ser perseguidos o masacrados con el remanente fiel.

 

De todo lo que hemos visto en estas Escrituras en cuanto a las características de esta iniquidad satánica, nosotros podemos comprender cuán efectiva puede ser su entrada en el pacto con los judíos, y cuán fácilmente puede él obtener el reino mediante halagos, antes de que él sea revelado públicamente a la mitad de la semana, cuando él hará cesar el sacrificio y la ofrenda (Daniel 9: 27), y el ídolo será instalado en el lugar santo — a saber, la abominación de la desolación. (Mateo 24: 15 - LBLA).

 

Pero, además, debemos recordar que Dios siempre invalida los modos de obrar del hombre, y también los de Satanás, para el cumplimiento de Sus propios consejos y propósitos. Por lo tanto, todo este mal es permitido y es invalidado para llevar a cabo la voluntad de Dios. Dios está en todo esto enviando sobre los hombres "un poder engañoso". (2ª. Tesalonicenses 2: 11). Dios envió a Su Hijo amado, el testigo fiel, y los hombres Le rechazaron; por tanto, ellos, en justicia retributiva, recibirán a un testigo falso. Ellos rechazaron la verdad, ahora creerán una mentira. No vieron hermosura alguna en el Cristo verdadero, se maravillarán y seguirán a uno falso. Ellos no Le aceptarían, no aceptarían a Aquel en cuya boca no hubo engaño, por lo tanto, ellos recibirán la mentira del engañador y pensarán que es verdad. El hecho es que Dios ha dado Su verdad no para divertir el intelecto, sino para ganar el corazón; no para exaltar al hombre, sino para la gloria de Cristo. Es de temer que muchos todavía traten con poca seriedad la verdad divina. Hablan de ella, plantean preguntas acerca de ella, pero no la reciben en el amor de ella. De ahí este terrible juicio de Dios hecho efectivo en este terrible engaño. Estos milagros de la bestia y prodigios mentirosos mismos, bajo la inspiración directa de Satanás, serán permitidos, "por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos". (2ª. Tesalonicenses 2: 10). "Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia". (2ª. Tesalonicenses 2: 11, 12).

 

Esta es una expresión muy notable, — "no recibieron el amor de la verdad". Es una palabra para el corazón y para la conciencia. No dice, «porque ellos no profesaron ser cristianos», o, «porque no iban a la Santa Cena», como es llamada, o «porque no conocieron la forma de ser salvos.» No, Dios escudriña el corazón. Con independencia de cuál fue el conocimiento que tuvieron, o profesión que hicieron, ellos no aceptaron el amor de la verdad para ser salvos. Es fácil decir,  «Yo he sido descuidado, debo dar vuelta la hoja y pasar a una nueva», y cosas por el estilo; pero eso no vale nada para Dios. El testimonio de Su bendito evangelio es el ministerio del divino y perfecto amor. Nos dice que, "de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". (Juan 3: 16). Y el alma que recibe este maravilloso amor de Dios en Cristo Su Hijo, recibe "la verdad en amor". Dicho amor viene al corazón del tal como un mensaje de la misericordia más abundante, y engendra así amor a Dios en el corazón. Que ello es la verdad más bienaventurada y esencial del cristianismo el apóstol Juan lo declara, cuando dice: "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero". (1ª. Juan 4: 19). El cristianismo real y vital es amor. El amor de Dios al pecador se manifiesta en la muerte de Su Hijo amado; y el alma que realmente cree en Él para la salvación debe, por tanto, recibir el amor de la verdad en su corazón. Observen, queridos amigos, se trata de "la verdad", no de las opiniones de los hombres, sino de la palabra de Dios. "Tu palabra es verdad" (Juan 17: 17), dijo Jesús. Esto es lo que los hombres están rechazando ahora; y Dios enviará este "poder engañoso" a causa de ello. Él permitirá que Satanás, a través del falso Cristo, publique una mentira, mentira que ellos recibirán, — ellos serán engañados mediante "prodigios mentirosos". (2ª. Tesalonicenses 2: 9). Piensen ustedes, amados amigos, acerca de la enorme solemnidad de este asunto. Ya su sombra puede estar avanzando sigilosamente, y el proceso cegador puede estar casi listo para comenzar. Puede ser que la conciencia endurecida y el corazón imposible de impresionar — ¡por desgracia! tan manifiesto — se combinen para mostrar que no está muy lejos el momento cuando la cegadora cortina caerá y envolverá la mente de los hombres, cuando las tinieblas cubrirán verdaderamente la tierra, y densas tinieblas las naciones (Isaías 60: 3 – VM). Como hemos visto, el engaño será abrumador, — será un lazo que vendrá sobre todos los habitantes de la tierra. Lo que lo hace tan terrible es el hecho de que Dios lo envía. Leemos, "Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia". (2ª. Tesalonicenses 2: 11, 12).

 

Entonces, ustedes ven, queridos amigos, lo que viene sobre los hombres antes de que pase mucho tiempo, y eso también cuando estén llenos de asombro y deleite en la grandeza y el poder de "la bestia". Ciertamente los sabios de este mundo serán atrapados en su propia astucia. (1ª. Corintios 3: 19 – RVR1977).  Algunos fieles reconocerán a Dios en este tiempo de blasfemia e infidelidad públicas. Nosotros sabemos que los santos judíos (pero en fidelidad al Dios de sus padres) se negarán a postrarse y adorar a la bestia. El resultado será que algunos serán ejecutados; otros escaparán, o serán hechos pasar a través de dicho tiempo. Dios los apoyará y los sostendrá, como siempre hace con aquellos que confían en Él. Los tres hombres que fueron arrojados al horno de fuego ardiendo , porque no deshonrarían a Dios postrándose y adorando la imagen que Nabucodonosor instaló (Daniel 3), son sorprendentemente típicos de este grupo fiel de israelitas. Después de que nosotros nos hayamos marchado ellos serán resucitados, y su testimonio será apropiado para un tiempo cuando Dios de nuevo estará tratando especialmente con personas en la tierra. Generalmente Dios ha tenido un testimonio en el mundo, y lo tendrá hasta el final. Después de que la Iglesia se haya marchado, el Espíritu de Dios comenzará a obrar en un remanente de judíos, y a inspirarlos con esperanzas judías, según los padres y los profetas. Ellos rechazarán rendir homenaje al Mesías falso, y a la imagen instalada. La esperanza de ellos será que el Dios de Abraham y de David pronto enviará el Mesías prometido; que Dios cumplirá Su palabra estableciendo Su rey sobre el santo monte de Sión. (Salmo 2). Nosotros encontramos, en algunos de los Salmos sus fervorosos clamores a Jehová para que los libre de sus perseguidores. En el Salmo 79 ellos claman, "Oh Dios, los gentiles han venido a tu heredad. Han contaminado tu santo templo, y a Jerusalén han reducido a montones de escombros. Han dado los cuerpos de tus siervos como comida a las aves de los cielos; han dado la carne de tus fieles a los animales de la tierra. Derramaron como agua su sangre en los alrededores de Jerusalén; no hubo quien los enterrase. Somos una afrenta para nuestros vecinos, burla y ridículo ante los que están a nuestro alrededor. ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Has de estar airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo? Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen y sobre los reinos que no invocan tu nombre. Porque han devorado a Jacob, y han desolado su morada". (Salmo 79: 1 a 7 – RVA). Ellos son reconocidos como estando en un terreno judío por el carácter imprecatorio de sus clamores. Era una cosa justa que un judío pidiera venganza sobre sus enemigos, y lo será nuevamente cuando los judíos entren a una escena como esta. Cuando un judío cree ahora el testimonio de Dios acerca de Cristo,  él deja de ser judío de inmediato; pues él es bautizado en el cuerpo de Cristo, él pertenece a la Iglesia de Dios; y un cristiano es enseñado a bendecir a los que le maldicen (Lucas 6: 28), y a no pagar a nadie mal por mal (Romanos 12: 17); se le dice que venza con el bien el mal (Romanos 12: 21), y leemos, "si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber", etc. (Romanos 12: 20, 21). Pero, según las Escrituras veterotestamentarias, el principio rector era, "Ojo por ojo, y diente por diente." (Mateo 5: 38); entonces, no es de extrañar que encontremos tales clamores en los Salmos, para que Dios diera "a conocer a las naciones y ante nuestros ojos la venganza de la sangre de tus siervos, que ha sido derramada". (Salmo 69: 10 – RVA). En el Salmo 80, ellos son vistos de nuevo clamando por salvación. Ellos apelan de manera muy conmovedora al "Pastor de Israel"; sienten la larga y fatigosa persecución ardiente; son conscientes de no estar en el lugar de bendición propio del pueblo de Dios. Ellos claman, "Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo? Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia. Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí. Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos". (Salmo 80: 3 a 7). Ellos asemejan su cruel opresor al puerco montés , o a una bestia del campo, que destroza y devora la vid que Dios hizo venir de Egipto. Ellos, por tanto, claman en el versículo 14 y en los siguientes, "Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña, La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste. Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro. Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste. Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos". (Salmo 80: 14 a 19). Yo creo que aquí tenemos a aquellos a los que se hace referencia en Apocalipsis, 13, donde leemos, "Aquí está la paciencia y la fe de los santos" (Apocalipsis 13: 10). Al defender al Dios de Israel, en un momento cuando la infidelidad tiene una popularidad mundial, ellos estarán relacionados, como podemos suponer, con las pruebas más severas de la paciencia y de la fe. Algunos tendrán que sellar su testimonio con su sangre, y después de haber perdido su anhelada herencia en la tierra, tendrán un lugar dado a ellos en el cielo. Es por eso que se dirá en ese momento, "Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor". (Apocalipsis 14: 13). A otros, al igual que Noé, se los hará pasar a través de esta gran tribulación, y luego disfrutarán de la bendición en la tierra que sigue a continuación. No dudo de que los 144.000 vistos de pie en el monte Sión con el Cordero son los santos librados de este tiempo de angustia. Nadie puede imaginar cuál será la gravedad de esta "gran tribulación". (Mateo 24: 21; Apocalipsis 7: 14). Nuestro Señor dijo que será, "tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás". (Mateo 24: 21 – LBLA). Esto es suficiente para mostrar su opresión y su dolor profundos sin precedentes. Gracias a Dios que incluso en aquel entonces, la misericordia triunfará sobre el juicio pues muchos serán salvados de ella. No sólo un remanente de Israel, el cual hemos estado considerando, sino que esa gran multitud que Juan vio de "todas naciones y tribus y pueblos y lenguas", en Apocalipsis 7, saldrá de la gran tribulación, tal como el versículo 14 nos dice. ¡Qué gloriosa salvación! Ellos, obviamente, lo deberán todo a la sangre del Cordero, como deben hacerlo todos los que son llevados a la bendición ante Dios; porque sobre ninguna otra base la bendición puede estar asegurada.

 

Pero hay otro asunto al que me debo referir antes de concluir este sermón. Se trata de la completa destrucción de esta obra diabólica. El inicuo es destruido; no por la Iglesia, sino por la venida personal del Señor. El Señor, en lugar de encontrar el mundo convertido, lo encontrará como estuvo en los días de Noé; y así como ellos no comprendieron hasta que fue muy tarde, — "hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos" (Mateo 24: 39), — así, ignorantes y desprevenidos estarán los hombres cuando el Señor sea manifestado desde el cielo. En lugar de que la verdad prevalezca, lo que prevalecerá será la mentira de Satanás. En lugar de cristianismo, habrá incredulidad, infidelidad. La bestia será adorada, y el falso profeta estará engañando a las personas mediante milagros, especialmente por haberle dado aliento a la imagen que había sido hecha y colocada en el templo. Pero, además de esto, como hemos visto, el Señor encontrará unos pocos fieles sobre los cuales Él se levantará como el "Sol de justicia" (Malaquías 4: 2), con salvación (o, salud eterna) en sus alas, para establecerlos en las bendiciones prometidas de su propia tierra. Pero Él vendrá en llama de fuego (2ª Tesalonicenses 1: 8) , y con la escoba de la destrucción (Isaías 14: 23 – LBLA), sobre los que no conocieron a Dios, ni han obedecido a Su evangelio.

 

Antes de que el Señor salga del cielo para ejecutar la ira sobre los inicuos que están vivos, este notable dispositivo de Satanás habrá estado en operación, como para que las personas del mundo habitado pongan el foco, por así decirlo, en la asociación con la bestia. Satanás, sin duda, cree que, «en la unión está la fuerza»; pero Dios, que es el que permite que todo obre para la consecución de Sus propios propósitos, permite incluso esto, a fin de que la consumación de la iniquidad en estos días postreros sea juzgada de inmediato y reciba la justa indignación y la ira del Hijo del hombre, a quien ha sido dado todo el juicio. (Juan 5: 22; 5: 27).

 

No solamente se nos informa que el ancho y profundo río Éufrates será secado, como para facilitar la confederación de los poderes orientales y occidentales, sino que tres emisarios de Satanás serán enviados a llevar a cabo una unión manifiesta de las potencias anticristianas. En Apocalipsis 16 leemos, "Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos, como ranas: porque son espíritus de demonios, que obran prodigios; los cuales salen a los reyes de todo el mundo habitado, a juntarlos para la guerra del gran día del Dios Todopoderoso". (Apocalipsis 16: 13, 14 – VM). Vemos así tres espíritus inmundos, espíritus de demonios, trabajando inadvertidamente como ranas, ejerciendo poder milagroso, saliendo de la boca de Satanás, la bestia y el falso profeta, y actuando así sobre los reyes de todo el mundo habitado como para centralizar su poder, y provocar la terrible crisis de Armagedón.

 

Una vez hecho esto, la obra maestra de la iniquidad diabólica en la tierra parece completa. Satanás, el cual ha sido un imitador desde el principio, se gloría ahora en una trinidad del mal, —a saber, la bestia, el falso profeta, y la imagen. {Ver nota 6}. Ello sube como un hedor en el olfato de Dios.

 

{Nota 6. «En realidad, la imagen es de la primera bestia. La tríada malvada que será adorada está compuesta de la primera bestia (la cabeza del restablecido imperio romano), el Anticristo (la segunda bestia de Apocalipsis 13), y Satanás.»}

 

El pequeño remanente de fieles en la tierra ha estado clamando al Dios de Israel por venganza, con la expresión a menudo repetida, "¿ Hasta cuándo?" (Apocalipsis 6: 10). Sus suspiros y gemidos han sido oídos en el cielo. Por tanto, ha llegado el momento cuando Jesús debe venir personalmente en llama de fuego y a ejercer venganza. Y esta madura iniquidad de la humana y Satánica abominación exigirá el juicio más sumario y severo. Jesús luchará de inmediato con "la bestia" y con "el falso profeta", y lanzará a ambos vivos en el lago de fuego.

 

Pero observen, tan empedernidos son la enemistad contra Dios y el odio a Cristo por parte de este "hijo de perdición" (2ª. Tesalonicenses 2: 3) y sus asociados, que el soez clímax es alcanzado al confederarse ellos para salir a enfrentar al REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES y sus glorificados seguidores cuando salen del cielo. Tan implicados estarán los reyes de la tierra y sus ejércitos en este "poder engañoso" (2ª. Tesalonicenses 2: 11), que ellos se opondrán furiosamente al único Soberano hasta el final. ¡Qué desgracia! ¡Qué desgracia! para el hombre, cuando es entregado al engaño del gran adversario. Todo esto está plenamente sacado a relucir en Apocalipsis 19. Leamos desde el versículo 11 hasta el final. "Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos". (Apocalipsis 19: 11 a 21).

 

Esta es una escena premilenial, o mas bien, una escena que marca el comienzo del día del Señor. El primer acto del reinado de Cristo parece ser este juicio sumario sobre los vivos. Los que encabezan esta violenta atrocidad son enviados de inmediato a su perdición eterna. A los otros se les da muerte, y serán resucitados de entre los muertos, y finalmente juzgados en el gran trono blanco. Nosotros debimos haber esperado , de la porción que leímos en la segunda epístola a los Tesalonicenses, que este juicio fuera especial e inmediato sobre el inicuo, cuando el Señor viniese; porque está dicho, "a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida". (2ª. Tesalonicenses 2: 8). Cuán evidente es, entonces, que el Anticristo no va a ser destruido por la Iglesia, o vencido mediante el evangelio. Suponer cualquiera de las dos cosas es un gran error. No, amigos amados, nosotros estamos aquí para testificar de Cristo, para obedecer Su palabra, y para seguirle a Él; pero ese pasaje que tan a menudo oímos mal aplicado, "Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies" (1ª. Corintios 15: 25),  no ha comenzado aún a tener su cumplimiento. Cuando el Señor reine, nosotros reinaremos con Él. Ahora Él está predicando el evangelio de la gracia divina a toda criatura. Cuando Él se levante y cierre la puerta, y salga en llama de fuego, ello será para reinar en justicia, y juzgar con equidad. Entonces habrá regocijo en el cielo, tal como encontramos en Apocalipsis 11, diciendo, "¡El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará para siempre jamás! Y los veinticuatro ancianos que están sentados sobre sus tronos en la presencia de Dios, cayeron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras, por cuanto has tomado tu gran poder y has reinado". (Apocalipsis 11: 15 a 17 – VM). Yo repito que ahora (actualmente) Jesús está ministrando, mediante Sus siervos, el evangelio de la gracia redentora, diciendo, "el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente". (Apocalipsis 22: 17). Todavía Sus brazos están abiertos para recibir y salvar a todo pecador que viene a El. Felices aquellos que ahora creen a Jesús y a Su palabra, que creen para salvación de sus almas. Dentro de muy poco tiempo todo lo que nos rodea será trastocado. La paciencia y la longanimidad de Dios alcanzarán su límite máximo; la medida de la iniquidad del hombre estará llena. El mundo habrá alcanzado su clímax del mal.  Ahora, gracias a Dios, la gracia reina por medio de la justicia para vida eterna (Romanos 5: 21 – LBLA), pero dentro de poco tiempo Cristo tomará Su gran poder y reinará. Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación. En aquel entonces los hombres serán juzgados en justicia, y serán regidos con vara de hierro. Bien podía el profeta inquirir, "¿Quién podrá resistir el día de su venida?" (Malaquías 3: 2 – RVA). ¿Quién, podemos preguntar, podrá mantenerse en pie delante del ojo omnisciente de un Dios aborrecedor del pecado? Si alguna vez hubo un tiempo cuando debimos instar al pecador a "huir de la ira venidera" (Mateo 3: 7; Lucas 3: 7), dicho tiempo es ahora. Si alguno dice, «¿Y adónde huyo?», nosotros respondemos, a los brazos abiertos del Hijo de Dios; porque Él aún puede salvar a todos los que van a Dios por medio de Él. Yo suplico fervientemente a los que no han sido salvos, que reciban a Jesús como su Salvador inmediatamente. No tarden. Ahora Dios está salvando a los pecadores por medio de Cristo; mañana puede ser demasiado tarde. Si alguno de ustedes dice: «¿Cómo debo venir a Jesús?«  Yo respondo, tal como eres, en tu pecado, culpa y ruina, con toda la carga de una conciencia culpable; ven como eres, y ¡ven ahora! Oh, que el lenguaje de algunas almas queridas en este momento sea:

' Tal como soy; sin demorar,

De una oscura mancha queriendo mi alma librar

Vengo a ti, oh Cordero de Dios,

cuya sangre toda mancha puede limpiar.'

 

¡Que el señor conceda Su bendición a nuestra mirada apresurada a algunas de las terribles realidades que vienen sobre los hombres! Su palabra es verdad. Jesús dijo: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". (Mateo 24: 35; Marcos 13: 31; Lucas 21: 33). El tema es solemne, serio e importante. Todos tenemos mucho que aprender al respecto. Mi discurso de esta noche es poco más que unas pocas observaciones fragmentarias y sugerentes. Escudriñemos la Palabra de Dios con oración acerca del tema. Lo encontraremos muy ampliamente esparcido por la extensión de la Escritura. Como toda verdad revelada, es santificador para el creyente. El motivo por el cual los hijos de Dios no reciben más bendición es porque las opiniones de los hombres son consideradas tanto, en lugar de que la verdad de Dios sea buscada en la dependencia del Espíritu Santo con oración. ¡Que Él bendiga a todos Sus santos amados!

 

H. H. Snell (Marzo 1817 - Enero 1892)

 

Traducido del inglés por: B.R.C.O. – Septiembre 2020

 

Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:


JND = Una traducción del Antiguo Testamento (1890) y del Nuevo Testamento (1884) por John Nelson Darby, versículos traducidos del Inglés al Español por: B.R.C.O.

KJV 1769 = King James 1769  (conocida también como la "Versión Autorizada en inglés").

LBLA = La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso.

RVA = Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano)

RVR1977 = Versión Reina-Valera Revisión 1977 (Publicada por Editorial Clie).

VM = Versión Moderna, traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).

Título original en inglés:
The Man of Sin, and his Complete Overthrow, by H. H. Snell
Traducido con permiso

Versión Inglesa
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