EDIFICACIÓN ESPIRITUAL CRISTIANA EN GRACIA Y VERDAD

EL HIJO PRÓDIGO CON EL PADRE, LUCAS 15 (J.N.Darby)

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Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y estas han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 excepto en los lugares en que, además de las comillas dobles (""), se indican otras versiones, tales como:
 
LBLA (La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso)
Versión Reina-Valera 1909 Actualizada (Publicada por Editorial Mundo Hispano)Versión Moderna, traducción de 1893 de H.B.Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza)

Collected Writings Vol. 12, Evangelic No. 1.

EL HIJO PRÓDIGO CON EL PADRE

 

 

LUCAS 15

 

 

Yo tomo este capítulo porque uno encuentra que hay muchas almas sinceras que no están en la segunda condición de este hijo pródigo arrepentido -es decir, cuando él había sido besado, y vestido, y estaba en la casa con el Padre- ellos no tienen paz real con Dios. Ellos todavía se están entreteniendo en el camino; y aunque ellos saben que la salvación es una cosa real dada de esta manera, ellos no están viviendo en el disfrute de ella. Con respecto a su estado de mente, ellos no han comido del becerro gordo, ni llevan puesto el mejor vestido; ellos no están viviendo con el Padre en el terreno de lo que el Padre ha mostrado ser en Sí Mismo.

 

Es impresionante el momento en que el Padre viene; exceptuando la confesión del hijo, usted no oye hablar nada de él; todos es acerca del Padre. Desde el momento de su confesión la escena entera es la mente del Padre, y los caminos del Padre -lo que es Su corazón, y lo que Su casa puede proporcionar; y ése es el verdadero estado Cristiano, y a lo que tiene que ser traído el corazón para que disfrute. Vuelvo sobre ese punto de vista especial ahora. Muchos son sinceros, sin embargo no están en este terreno, y el Señor nos muestra que esto es así; nosotros deberíamos clamar siempre "Abba, Padre", como teniendo este lugar consciente con Él.

 

Hay dos estados muy marcados en el hijo pródigo; solamente en el segundo nosotros realmente  los pensamientos y sentimientos del padre, y no los del pródigo, sino el efecto en él; y allí él descansa. No encontramos juicio aquí, todo es gracia. El juicio es una cosa real, y el Señor echará mano de la conciencia por medio de éste; pero no es el asunto aquí, no obstante lo saludable que esto es. Tampoco es la sangre presentada a Dios, como satisfaciendo ese juicio, todo esto tan verdadero e importante como lo es; sino Dios en la gracia justificadora, y entonces la forma en que el alma entra en el disfrute de esa gracia. Nunca debemos perder de vista lo otro; pero el lado en el que el evangelio se presenta aquí no es que el juicio está pendiente, y que la sangre está allí para satisfacerlo, sino la alegría del amor divino bendiciendo al errante, hecho volver por la gracia.

 

Y no debemos confundir esto con el gobierno de Dios. Él puede estar enfadado incluso con Su propio hijo. Es diferente de la manifestación de Su naturaleza, para que no haya ninguna posibilidad de permitir el pecado en Su presencia. En el evangelio, la justicia de Dios es revelada y la ira de Dios es revelada, y eso desde el cielo; no meramente los juicios y castigos, no meramente tratando con el hombre, sino que la naturaleza de Dios siendo revelada perfectamente, de modo que Él no pueda tener un solo pecado. "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombre." (Romanos 1: 18). En la santidad de Su naturaleza Él aborrece y rechaza el pecado, y en la justicia de Su naturaleza Él lo juzga. Por lo tanto, cuando hablamos del estado Cristiano, nosotros andamos en luz, como Él está en luz. No se trata ahora de cierta conducta que deba ser medida y que deba ser tratada. Dios no tiene ninguna medida con el pecado (hay, de hecho, "muchos azotes" y otro "será azotado poco" Lucas 12: 47, 48). Él es un Ser santo, y hay en Su naturaleza un rechazo positivo a todo pecado. Incluso en el paraíso, ya no es ahora meramente la inocencia; ELLA salió a la luz previamente; sino que el hombre dejo ese estado y entonces el juicio viene sobre él, y él debe volver al  polvo del cual fue tomado -presenta el juicio que señaló el desagrado de Dios. Es bastante terrible ver que Dios puede castigar a lo Suyo propio; pero encontrar que las personas pueden ser excluidas para siempre de la presencia del  Señor, del favor de Dios, eso es lo que es tan terrible. No hay ningún velo sobre la gloria de Dios. Si ustedes desean tener que ver con Dios en todo, ustedes deben tratar con Él, no como bajo la ley, cuando había un velo y Dios estaba oculto, sino que ahora Él se ha mostrado, y la ira del cielo se ha revelado totalmente. Éste no es el lado que  tenemos aquí, sino la gracia que sale a buscar, y cómo el alma es hecha volver para disfrutar esta gracia.

 

Tenemos a la Trinidad completa en este capítulo, pero no como una doctrina; el buen Pastor cuida a  la oveja; el Espíritu busca un alma, y la Gracia la recibe cuando regresa. Encontramos la actividad de Dios en la gracia, en Cristo, y en el Espíritu Santo; y por último, la manera en que el alma es recibida por el Padre. En las primeras dos ustedes no tienen la verdad entera: la tiene en la última. El pastor ha perdido su oveja; él va tras ella alejándose más y más, y la trae de vuelta, mientras que la oveja nunca pone pie en tierra. A la mujer le importa la moneda de plata, busca diligentemente hasta que la encuentra, cuando no podría haber pasado nada -el simple poder de la gracia devuelve lo que está perdido. ¡Entonces hay otro principio -gracias a Dios, no uno nuevo, sino un principio más bendito y amoroso, que corre a través de todo: que no es nuestra alegría la que hay que rescatar, sino que hay que rescatar la alegría de Dios!

 

Los Fariseos y los publicanos murmuraron. Es un principio justo el que las personas deben ser justas para Dios, y algunos pueden tenerlo aún en sus corazones. El Fariseo piensa que él tiene justicia para Dios; eso lo tenemos descrito en el hermano mayor. Ustedes no necesitan ser un Judío para ser un Fariseo -de lo que el Señor habla como de un sepulcro blanqueado, lleno de toda inmundicia. El hermano mayor es el tipo del Fariseo en todas las épocas; es la cosa más odiosa que existe. Un Fariseo no tiene ningún sentido de pecado, de otra forma él sabría que es un pecador; ningún sentido de santidad, o de amor; no hay nada más extraño al corazón y a la mente de Dios que su estado; es el egoísmo más completo, y ningún pensamiento de ninguna otra cosa -"nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos." Cuando él dice, "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas", él se refiere a los judíos; a la ley, a los profetas, al propio Cristo al venir en la carne, al culto a Dios, a la palabra de Dios, todo lo que Él tenía era de ellos. El uso que ellos hicieron de ello era otra cosa; ellos tenían bastante como para estar orgullosos de ello, pero no para entrar en el corazón del Padre; eso fue dado a conocer a los siervos. "Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano." Eso debería  haber tocado su corazón. Él debería haber dicho, si mi padre está contento esto debe ser correcto; pero él objeta todo. El Padre incluso salió a este Fariseo; pero nada podía ganar al hombre que se creía justo a sí mismo; ¡su corazón es imposible de ser ganado por Dios! Él no tenía ningún sentido de justicia o santidad, o él hubiese sabido perfectamente bien, que si todo lo que estaba en su corazón era puesto en evidencia, él estaría avergonzado de sí mismo y se escondería. El Fariseo no tiene ningún pensamiento de eso; él es hipócrita, limpiando solamente lo de fuera del vaso, como si Dios no pudiera ver su interior tan bien como su exterior. ¿Pero si la justicia del hombre era el camino a Dios, por qué Él debía haber dado a Su Hijo?

 

Aquí el Señor se ocupa de la manera en la que el alma vuelve a Dios, y Él escoge el caso de uno que había ido hasta el exceso del derroche, como el hijo pródigo comiendo las algarrobas con los cerdos. Muchos no han hecho eso, pero Él toma este caso para mostrar que la gracia lo alcanza allí, y que es el deleite de Dios -la  alegría de Dios, traerlo de vuelta y recibirlo. Observen esto -en el momento en que el alma se aferra de lo que Dios es, la gracia de Dios ha encontrado la entrada en el corazón. No se está alimentando de algarrobas que son la cosa peor; ni hay allí ninguna  diferencia real en las personas; algunos son rectos y honrados, otros se hunden en la disipación; pero en lo que respecta al corazón, cuando usted llega a la  raíz del asunto, no hay ni una pizca de diferencia. Supongan que yo fui criado entre ladrones y borrachines, yo sería un ladrón y un borrachín. Es una gran misericordia el estar apartado; eso se relaciona con las circunstancias.

 

Aquí, en la primera acción del joven, todo el perjuicio ya estaba hecho. Fue haciendo su propia voluntad que le dio la espalda a su padre. La Escritura dice, "no hay  diferencia" ante Dios; la hay en la maldad y el vicio, claro; pero todos han  buscado su propio placer y sus propios caminos. Cuando cruzó el umbral, él era en realidad tan pecador como cuando estaba con los cerdos. Hay diferencias entre los hombres; efectivamente. Y el hombre cosecha lo que él siembra. Pero con respecto a su estado de alma, el joven era entonces tan pecador como al comer las algarrobas; y lo que es más, él estaba más cerca volviendo que cuando estaba allí; no había ningún fingimiento entonces, de que él no estaba pereciendo. Es el principio de todos los hombres, por todas partes, decir: "Dame la parte de los bienes que me corresponde." Nos gusta nuestra propia voluntad; nos gusta estar libres de Dios para hacer nuestra propia voluntad. Lo que es, es lo absolutamente inmaterial; ésa es nuestra historia como hombres: "cada cual se apartó por su camino", y eso trae estos miserables frutos. Eso es lo que somos todos; algunos han regresado; pero mirados como hijos de Adán, ustedes han dado su espalda a Dios, y sus rostros a sus propios placeres. No hay ningún regreso hasta que esto es confesado.

 

El Señor toma el caso de uno que ha ido hasta el exceso. El punto era, el abandono de la casa de su padre y su regreso allí. Supongan que un hijo se marcha de la casa de su padre hacia la maldad desenfrenada, puede que él no haya sido un ladrón, o algo parecido, pero él siempre está haciendo lo malo, hasta que él regresa; y nada será correcto hasta que él regrese. "Si te volvieres, . . ., dice Jehová, vuélvete a mí." (Jeremías 4:1).

 

Ahora, acerca de su retorno: "Vino una gran hambre en aquella provincia." Otro pensamiento acerca del corazón es, que este nunca vuelve a Dios sino hasta que hay una hambruna en el mundo. Mientras las personas están en salud, muy ricos y alegres, ellos se arruinan a sí mismos. Cuándo eso se ha ido -cuándo el placer natural se ha ido, ¿qué tiene entonces el corazón? ¡Se ha desgastado a sí mismo, y se va a morir! "Necio" ¡eso es todo lo que el Señor tiene que decir con respecto a eso! (Lucas 12:20). Él había ido al mundo de Satanás, y el corazón no encuentra nada allí que lo satisfaga. Usted ve a aquellos que pueden gastar sus riquezas; y hay una cierta alegría natural que parece felicidad; pero deje eso aunque sea por un día, y usted encontrará cómo su corazón tiene su tumor maligno en el centro. Hay en muchos corazones la sensación de que hay hambre en el mundo. ¿Por qué hay tantos conciertos y palacios de cristal? Debido al hambre. Ellos intentan mantener su corazón vivaz, arreglárselas sin Dios; pero todo es en vano; ¡no pueden! Ellos no deberían pasar por tantos dolores para hacerse felices, si pudieran. ¡Ellos pueden seguir alegremente, pero todos estos artífices "de toda obra de bronce y de hierro" no son sino esfuerzos para hacer una ciudad sin Dios, y suficientemente agradable para olvidarse de Él!

 

Cuando el hambre estuvo allí, él comenzó a padecer necesidad. Eso nunca vuelve el corazón a Dios: "Y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos." El beber y el placer y la excitación no satisfacían, "y nadie le daba nada."(Versión Moderna) Allí no se daba nada; allí es venderse uno mismo. Cuando el corazón está lejos de Dios, esta necesidad nunca lo vuelve a Él, sino a lo que satisface la carne. "Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos"; una descripción de hasta dónde él había llegado, el sentido del hambre que no lo trae en absoluto a Dios.

 

"Más cuando volvió en sí"(Versión Moderna), hay un cambio total. Antes él era como un hombre loco; identificado con el lugar dónde estaba el hambre. La bondad de Dios entra en su corazón y él dice, "¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan. . .!" No dice: yo lo conseguiré, o, me gustaría tenerlo, o, ¿Cómo debería yo ser recibido? ¡Pero el sentido de bondad es despertado en el alma, y esto produce una necesidad de otro tipo -un sentido de la bienaventuranza de Dios! Cuando el Espíritu Santo obra en el alma, siempre hay una necesidad. Yo necesito más santidad, más gracia, yo necesito a Dios. Él ve bienaventuranza con Dios, y daría cualquier cosa con tal de regresar para estar con Él. Los siervos tenían abundancia de pan; hay bondad con Dios.

 

Dondequiera que hay una revelación del yo y el hombre está consciente de su estado real, siempre hay un sentido de la bondad de Dios. Él está en el estado de mente que usted a veces encuentra en las almas -bien, si yo perezco, yo perezco en la cruz. Esto lo atrae. La conciencia es despertada; pero el corazón es atraído, "Me levantaré e iré a mi padre", eso es todo. Él había vuelto la espalda a su padre, dejó a Dios detrás de él; ¡ahora no es que él haya llegado a su padre, sino que su rostro es vuelto hacia él, y su corazón también, y esa es una cosa inmensa! Él no tiene paz todavía; pero es una cosa inmensa cuando Dios y el alma se encuentran; cuando la necesidad de santidad y la necesidad de amor son creadas, y hay una revelación que ha atraído el alma a Dios. Lo que lo caracteriza cuando él vino por sí mismo, es que él piensa que hay bondad y abundancia, y bastante más allí. Él no sabía si se le iba a permitir entrar, pero existía allí la bondad para ser dejado entrar. "Y yo aquí perezco de hambre" -yo me alejé de Dios, y yo estoy pereciendo como un hombre que vive sin Dios -"Me levantaré e iré a mi padre." Este es el momento, Dios y el alma se han encontrado. Ortodoxos como eran los Fariseos, ellos no tenían a Dios. Nicodemo dice, tu debes ser un maestro venido de Dios; pero el Señor dice, tú no tienes el principio que te asocia con Dios; Yo no puedo tocar la carne; "os es necesario nacer de nuevo." Dios y el alma se han encontrado, el poder vivificador de Dios da la conciencia de que él está pereciendo, y hay un resultado distintivo, "Me levantaré e iré a mi padre", no que yo mejoraré, que cambiaré mis caminos. Él debe cambiar sus caminos; pero eso no es lo que está en su corazón. "Me levantaré e iré a mi padre." Es la necesidad de Dios lo que lo caracteriza. El sentido de amor que hace que el corazón necesite a Dios, una cosa totalmente diferente del deseo de enmendarme a mí mismo -esa es la obra del Espíritu de Dios. Lo que sigue es la confesión honesta -"he pecado contra el cielo y contra ti." A menudo hay un gran trecho hasta que nosotros llegamos a esto y decimos, yo no tengo ningún derecho; y si es así, ¿cómo puedo yo estar allí?

 

Eso era lo que el Señor estaba haciendo con la Sirofenicia. Él dijo, "No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos." "Sí, Señor (ella respondió); pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos." (Marcos 7: 24 - 28). Yo no tengo ningún derecho; soy simplemente un miserable perrillo; pero hay bondad suficiente en Dios para los que no tienen ningún derecho.

 

Puede ser un proceso largo antes de que el alma llegue a ese punto de bendición plena. Sin una naturaleza santa no podemos disfrutar de Él; pero ustedes no pueden hacer justicia o un terreno de aceptación fuera de esto. El pródigo no tiene nada que decir a la bendición hasta que todo esté malgastado. El orgullo del corazón humano encuentra muy difícil llegar allí. Este dice, algunas cosas son dignas para Dios. Yo pregunto, ¿Es usted digno para Dios? No es lo que está en Dios lo adecuado a su caso, sino lo que está en usted, lo que usted espera, eso es lo que es adecuado al caso de Dios. Todo esto está equivocado, totalmente equivocado del comienzo hasta el fin - "la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12: 14). Ustedes deben descender; ustedes no tienen ningún derecho a ninguna cosa, y todo depende de la simple gracia para aquellos que no tienen derecho a nada más que a ira.

 

Otra cosa: hemos visto el corazón del joven traído para volverse a Dios. Sus ojos fueron abiertos, y Dios se había encontrado con él; él no había encontrado a Dios todavía. Él reconoció sus pecados; todo esto bastante correcto; la consecuencia es que él comienza a razonar cómo va a estar él con Dios cuando Lo encuentre. "Hazme como a uno de tus jornaleros." ¿Qué prueba eso? Que él nunca se había encontrado en absoluto con Dios. La humillación, la confesión, están muy bien; pero al poner condiciones, él muestra que no había abandonado toda esperanza en el yo, sino que pensaba que él podía tener algún pequeño lugar, alguna pequeña esquina en el  cielo. La presencia de Dios está allí, ¿y pueden ustedes pretender ser dignos de Su presencia con todos estos harapos? ¿toda una prueba de haber estado en la provincia apartada? Con su corazón atraído a Dios, él confesó que él era indigno, mas todavía esperanzado. Todo demostraba que él no había llegado a su padre. ¡El padre lo había encontrado y había tocado su corazón en la gracia, pero, en la conciencia, él no había venido en absoluto a Dios! Eso es sobre lo que yo insisto.

 

 

Había una obra de Dios en el alma del hombre, un sentido de pecado, de perecer, de pan en la casa de su padre; pero este pensamiento era totalmente erróneo, debido a que él no se había encontrado con Dios; estaba razonando cómo resultaría cuando él llegase. Él no tenía ninguna condición que poner a su padre cuando él lo encontró. Ustedes encuentran una gran cantidad de almas sinceras que han visto la bondad de Dios y que todavía sólo esperan de una manera general; ellos no se han encontrado con Dios para averiguar lo que son los pensamientos de Dios. Están razonando desde SU condición, temiendo en parte, esperando en parte, por ocupar el lugar de un pobre siervo. Todo demuestra que no se han encontrado con Dios, aunque Dios se ha  encontrado con ellos. Él se había encontrado con ese joven. Todo absolutamente verdadero; pero él no estaba juzgando desde lo que Dios era, y había sido; él no se había entregado como siendo nada más que pecado, como para saber lo que Dios era para los que no tienen nada más que pecado. "Y levantóse, y fue a su padre."(Versión Moderna)

 

Ahora, en cierto sentido, él desaparece cuando el padre entra en escena, y la bendición entera viene y es el resultado de lo que el PADRE ES para esta pobre criatura. Muy bien por su regreso; ¿pero cuál es el efecto de esto? Traerlo a su padre con todos los rastros de la provincia apartada, en una condición totalmente indigna para entrar en la casa. Sería una desgracia tenerlo en la casa con esos harapos sucios -una deshonra perpetua. Entonces el hermano mayor podría reprochar y podría decir, Miren a este miserable; ¿está él en forma digna de estar en la casa con ustedes? El efecto de la experiencia de la obra de Dios en nuestros corazones es traernos a Dios EN NUESTROS PECADOS. ¿Acaso no anduvo él en harapos y desnudez el viaje entero, tal como él salió de la provincia apartada? Hasta que no nos sometamos a eso, nunca obtendremos paz. Nosotros estamos diciendo, Hazme un jornalero. No es justicia propia, sino que es el razonar desde NUESTROS pensamientos y sentimientos acerca de lo que Dios será. Pero eso es darle a Dios el carácter de Juez; y si Él es nuestro Juez, esto es la destrucción eterna para nosotros.

 

¿No habrán corazones que puedan leer esto, correctos en sus propósitos, pensando en sus estados y condiciones, y acerca de cómo resultará cuándo ellos se encuentren con Dios? ¿Por qué no confesar que ustedes no lo han encontrado a Él todavía? (Yo no digo que Él no los ha encontrado a ustedes). Ustedes nunca lo ha conocido. ¿Por qué no se ponen ustedes mismos en el estado en el que el Señor está insistiendo? "Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre." Ahora él llega a ser besado vestido en sus harapos. El padre trata con él en gracia absoluta, tal como él estaba. El efecto de este tipo de experiencia es traerme a Él vestido en mis harapos, y para encontrarlo amándome, tal como soy, en una condición totalmente indigna para estar en la casa.

 

Pero él no lo hizo entrar vestido en sus harapos, sino que "se echó sobre su cuello, y le besó." ¡El padre actuó desde sus pensamientos y sentimientos y mente, y el único efecto de la miseria del hijo fue hacer salir la compasión del padre! Eso es lo que yo aprendo en Cristo. "Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." La esencia misma del Cristianismo es que nosotros NO tenemos que encontrarnos con Dios como un Juez; y puesto que NO PODRÍAMOS, Él ha venido a encontrarse con nosotros en la gracia. ¡La gracia soberana ha tratado con pecadores, para mostrar que Dios es mayor en amor que sus pecados! El fundamento simple pero bendito sobre el que estamos con Dios, no es lo que nosotros somos para Dios (esto tiene que ver con gobierno), sino lo que Dios es para nosotros. Él "muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5: 8). Él no busca justicia, sino que Él la trae; Él tendrá los frutos de ella después; pero la gracia de Dios trae salvación. La esencia misma del Cristianismo (por la que nosotros también tenemos que actuar en gracia), no es lo que Dios ENCUENTRA, sino lo que Él TRAE.

 

Él es traído a confesar lo que él es, pero con el padre echado sobre su cuello; y él no dice entonces, "haz que yo sea como uno de tus jornaleros."(Versión Moderna) ¿Por qué? Porque él se había encontrado con su padre, y él había actuado como un padre. Él no podría decir, mientras él estaba besándolo: Hazme un jornalero; ¡sería despreciar la gracia! ¡Ah! él se había encontrado con su padre, y supo su posición. ¿Cómo? Estando con él, y encontrando lo que su padre era para él. Todo el asunto dependía de lo que su padre era para él.

 

Ahora, ¿están ustedes satisfechos de que su posición y aceptación dependen de lo que Dios es para ustedes y no en lo que ustedes son para Dios? ¿Están ustedes satisfechos de abandonar todo derecho a Su gracia? Si hay orgullo, y el viejo hombre todavía está obrando, ustedes dirán, ¿no debo yo tener esto o aquello? Traten de hacer algo por ustedes mismos y vean a lo que llegarán. El Señor quiere que ustedes aprendan de tal forma que nunca pensarán en decir: Hazme un jornalero. Entonces habrán conocido el corazón del Padre, y su parentesco, el lugar de un hijo, porque ustedes lo han encontrado en la casa del Padre. ¡Así, la gracia ha salido, y la justicia ha entrado! "Sacad al momento la ropa más preciosa, y vestidle con ella."(Versión Moderna) Lo que el padre tiene para vestirlo lo ha sacado de su propio tesoro (el joven tuvo su porción anteriormente, él no tenía nada suyo propio); fue aquello con lo que fue vestido cuando él regresó, para que cuando entrase él pudiese ser un testigo a la casa entera de los pensamientos de su padre acerca de él; que era la alegría del padre tenerlo a él allí con honor. Nosotros entramos, no simplemente desvestidos de nuestros harapos, sino que vestidos con Cristo; nosotros hemos sido "hechos justicia de Dios en él." Él nos trae a Su propia presencia en la plenitud de Su propia gracia; y Él nos viste con el mejor vestido, para que todos puedan decir, allí está un hijo en el que el padre se regocija. No hay nada ahora acerca del hijo alimentándose del becerro gordo, sino del padre y los siervos. No cabe ninguna duda que él lo hizo; pero ésta es la forma en que Dios recibe a una persona; tenerlo es Su propio deleite, y el mayor deleite de Dios es Cristo; y Él lo viste de eso. De esta forma tenemos la justicia, y también la gloría, a su debido tiempo.

 

De esta manera, hay una diferencia total entre Dios encontrándose con el alma, y el alma encontrándose con Dios. Todo el razonamiento que ustedes encuentran, de cómo puede resultar esto y lo similar, caracteriza el estado cuando Dios se está encontrando con el alma en su estado pecaminoso. Lo que obtenemos cuando el hijo iba camino al padre es experiencia. Yo puedo continuar lentamente, o seguir rápidamente, pero ésa es experiencia, y la experiencia no es justicia. Ustedes nunca encuentras en la Escritura que siendo justificados por la experiencia,  tenemos paz con Dios; es "por fe." ¿Fe en qué? ¿En lo que ha sucedido en mi corazón? Entonces yo puedo dudar acerca de mi propio corazón, Ciertamente no es lo que yo debería ser; todo eso sucede en el  corazón. Pero no es el padre tratando con el hijo -de ningún modo. ¡La experiencia estaba allí, pero la experiencia lo llevó vestido en harapos a la presencia del padre -el resto es todo lo que el padre es!

 

¿Están ustedes satisfechos de estar en ese terreno; un simple pecador, ser puesto por la gracia del Padre en la casa del Padre? Por supuesto que el mejor vestido es Cristo como mi justicia. Entonces el alma descansa y disfruta de todo lo que el Padre tiene para dar. ¡Ah! ustedes lo encontrarán duro, hay tanto egoísmo en el corazón, como para inclinarse ante la dependencia en lo que Dios es para ustedes. Es extraño, pero ustedes lo harán. Si se someten a la justicia de Dios, entonces tendrán la verdadera santidad, pero nunca antes de que tengan la certeza de la salvación. ¿Cómo puede un hijo tener afectos filiales si no tiene un padre? Un huérfano es capaz de tenerlos. Así, si yo soy nacido de Dios, tengo una naturaleza capaz de disfrutarlo a Él. Pero si yo no tengo el sentido de parentesco, no puedo tener paz. Nosotros tenemos el Espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba Padre. Si elevamos nuestra mirada a Dios, ¿está allí la conciencia de que usted mira a un Padre? No una esperanza, sino que ¿pueden salir sus afectos en esa posición segura, porque ustedes lo conocen como un Padre? Ustedes no pueden tener afectos benditos, santos, que se deleitan en Él como un Padre, hasta estar conscientemente en la posición que ese parentesco trae consigo. Yo no digo que ustedes no están en el camino.

 

No se satisfagan solamente con ser salvo. ¡Cuando en primer lugar yo soy salvado, salen todos mis afectos y digo: ¡Qué gran misericordia! Pero estoy intranquilo cuando veo a un cristiano deteniéndose demasiado en lo que él era como un pecador; ése no es un estado saludable. Creo  que nosotros lo recordaremos en el cielo. "El Cordero como inmolado" estará allí ante nosotros, esto nunca debe olvidarse. Pero si sólo me quedo allí, y no estoy ocupado pensando en lo que Él es, yo no seguiré adelante. Un alma que está en la casa del Padre, ¿acaso no debe crecer para conocer lo que es el corazón del Padre? Yo estaba fuera, y Él me hizo entrar para aprenderlo allí.

 

¿Yo les preguntaría ahora, están ustedes vestidos con el mejor vestido? Su lugar está en Cristo. ¿Están allí sus corazones? La conciencia debe ser limpiada, por supuesto; pero, ¿están sus  corazones con el Padre, viviendo allí en los afectos que pertenecen a esa condición, o no están  seguros? Ése no es un estado cristiano, aunque ustedes puedan estar en camino a este. ¿Están  satisfechos de tomar toda su condición y bendición de lo que el Padre es para usted?

 

Que el Señor les permita ver lo que ustedes son, para que puedan encontrar que ustedes tienen  un nuevo lugar en Cristo, y nada que hacer con la cosas viejas. El Padre trae al hijo a Su propio corazón y a Su propia casa.

 

J.N.DARBY (1800-1882)

 

Traducido del Inglés por B.R.C.O.-

Título original en inglés:
THE PRODIGAL WITH THE FATHER, LUKE 15 by J.N.Darby
(Collected Writings Vol. 12, Evangelic No. 1.) 
Traducido con permiso
Publicado por:
www.STEMPublishing.com
Les@STEMPublishing.com

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