CARTA Vol. 2 # 214.- (Yo pienso que los hermanos están entrando en una nueva fase de existencia,…)
Queridísimo J. Leslie:
Yo pienso que los hermanos están entrando
en una nueva fase de existencia, la cual aumenta el peligro para ellos, y trae una mayor, o en todo caso una más manifiesta,
responsabilidad. No se trata meramente de las justificaciones o de las alabanzas
excesivas de hombres como……, cosas que el buen gusto descartaría, aunque la adulación es peligrosa para cualquier
corazón, sino del sentimiento generalmente difundido ahora (independientemente del efecto que produce, ya que es muy diverso)
de que los hermanos tienen algo que los demás Cristianos no tienen. Esto es a menudo negado, aborrecido, opuesto, y puede
ser, a menudo, un asunto de curiosidad, algunas veces (¡y que ello pueda aumentar!) de verdadera investigación; pero ello
se siente. El mundo lo siente, usaría esto para despreciar la inconsistencia de la profesión pública. En muchos casos, ellos
serían buscados y cortejados por su conocimiento de la Escritura, sus libros serían leídos para tener la verdad sin actuar
de acuerdo con ella. Otros, que se aferran aún a la iglesia profesante con comprensiones parciales de la verdad y con mucho
error, se jactan de que ella se puede tener sin dejar los sistemas que nos rodean - no, aún más, instan abiertamente a continuar
en ellos: pero se siente que los hermanos tienen, lo que los demás no tienen. Yo creo que ellos tienen. Pero lo importante
no son los hermanos, sino la verdad que ellos tienen. Yo podría declararla claramente, y lo he hecho hasta ahora; pero ello
no es aquí mi objetivo. Dios los podría desechar, y difundir Su verdad mediante otros - yo creo que podría, aunque lleno de
amable paciencia, si ellos no son fieles. El lugar de ellos es permanecer en oscuridad y consagración, no pensar en hermanos
(es siempre un error pensar en nosotros mismos excepto para juzgarnos nosotros mismos) sino en almas, en el Nombre y en el
amor de Cristo, y sólo en Su gloria y Su verdad - no insistir en el así llamado 'hermanismo' (en inglés: brethrenism), sino tratar con cada alma conforme a su necesidad por amor a Cristo.
Pero si la atención es atraída, y lo es,
a la verdad que ellos poseen por gracia, la responsabilidad de ellos es aumentada en gran medida. Si en ellos no se encuentra
una consagración más general y más consagrada, ellos serían una piedra de tropiezo contra la verdad. Lo que se demanda es
ausencia de mundanalidad, ninguna conformidad con el mundo, auto-negación, abnegación en amor a los demás, ya que el amor
es el objetivo del encargo confiado a un corazón puro. Que ellos anden en amor, en la verdad, humildes, mansos, sin mundanalidad,
y todos por Cristo, como siendo poco, y satisfechos con ser poco, como cuando ellos comenzaron, y Dios los bendecirá. De no
ser así, el candelero puede desaparecer (y, ¡oh qué pesar y qué confusión de rostro habría después de semejante gracia!) como
el de los demás. Que no haya ninguna mezcla con la iglesia mundana, ¿qué son ellos si lo hacen? - sino gracia hacia ella,
separando, ese faro de luz temprana para mí, lo precioso de lo vil, y ellos serán como la boca de Dios. Yo repito, que ellos
no se mezclen de ninguna manera con la mezcla de iglesia y mundo - el significado de la existencia de ellos es un testimonio
contra eso - con la ferviente energía del evangelio hacia las almas para que Cristo pueda tener lo Suyo, sino el testimonio
pleno del libre amor de Dios (ya que Dios querría y se deleitaría en eso), o ello sería como si la fidelidad enfriase eso
- haciendo la obra de evangelistas, dando prueba plena del ministerio de ellos, humildes, mansos y consagrados, y sencillos,
debido a que son mansos de corazón, separados para Cristo.
En cuanto a toda la actividad fuera de ellos,
se trata de los signos de los tiempos, y ellos deberían regocijarse en ello - si Cristo fuese predicado por "contención" (N.
del T.: otras traducciones: rivalidad egoísta, espíritu faccioso, ambición personal,
competencia, celos, no sinceramente), ellos deberían regocijarse, excepto donde ellos han dado ocasión para que esto ocurra
por fracaso en ellos mismos, lo cual es posible: pero ello no presenta su testimonio en absoluto. Dios es soberano, y puede
obrar en amor dónde y cómo a Él le place, y nosotros deberíamos regocijarnos en ello; pero no hay separación del mal sino,
en general, al contrario. Es, en cuanto a esto, exactamente la mezcla lo que Dios está sacando a la luz. Por un año o dos,
al principio, yo prediqué en todas las partes en que me dejaron hacerlo, y otros lo han hecho, pero ello fue, después de todo,
otra cosa; aunque la trompeta diera un sonido incierto, ello resultó en sacar a la luz, aun si sólo el evangelio fuera predicado
plenamente. La cuestión ha surgido plenamente ahora, y el testimonio tiene que ser claro, incluso la predicación plena del
evangelio y la seguridad de la salvación.
Yo no creo que nuestra senda es atacar cualquier
cosa sea, sino que nuestra senda es la verdad superior y más plena. Pedro jamás atacó a los sumos sacerdotes, sino que siguió
adelante en su propio camino. Ello es un descenso del verdadero terreno elevado de la verdad que tenemos de la posición cristiana.
Eso, y un evangelio usado en gracia, debería distinguirnos: el testimonio contra el mal debería estar en nuestro propio andar
y en nuestros propios modos de obrar. Tengan la seguridad que cuando ello es real, se siente plenamente. Pueden surgir ocasiones
cuando la verdad es puesta en duda; la auto-defensa debe ser evitada a toda costa: el Señor responderá por nosotros, si nosotros
hacemos Su voluntad.
La unión es procurada ahora mediante la
indiferencia a la verdad, declaradamente en este país (N.
del T.: el autor de la carta se refiere a Estados Unidos de Norteamérica, puesto que esta carta fue escrita en la ciudad de
Nueva York), tal como el intercambio de púlpitos con los infieles, y, de hecho,
en todas partes abiertamente: yo digo declaradamente. Es muy necesario esperar pacientemente, allí donde actualmente se trata
sólo de ignorancia o error; pero la verdad y la santidad, amor en la verdad y por amor a la verdad, caracterizan la revelación
de Cristo de Él mismo, y Su influencia en los días postreros. Dios no tiene necesidad de nosotros, pero Él tiene necesidad
de un pueblo que ande en la verdad en amor y santidad. Yo encuentro en el Antiguo Testamento, "dejaré en medio de ti un pueblo
humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová" (Sofonías 3:12); y encuentro el mismo espíritu en Judas, quien habla
de la mezcla que traería el juicio: "Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu
Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna." (Judas 20,
21). Nosotros podemos, y debemos, regocijarnos en el evangelio, pero ello hace que el testimonio de los hermanos, fuera del
campamento, sea más necesario que nunca; pero este testimonio debe ser real. ¡Que ellos puedan estar esperando realmente al
Señor, y como hombres que esperan al Señor! Su amor no falta. ¡Que nosotros podamos, en ferviente amor a Él, estar esperándole,
porque nosotros Le amamos tanto, y que seamos encontrados velando!
Yo pensé escribirte, querido hermano, no habiendo oído acerca de ti por un largo tiempo, y mis pensamientos
fluyeron, porque de la abundancia del corazón habla la boca. Ahora bien, yo no puedo dudar que la obra - el testimonio, a
lo menos - continúa. El modo en que dicha obra está hablando, aunque sólo como un tiempo de siembra, y lo que yo oigo y sé
de Europa, me ha llevado, en parte, a esta secuencia de pensamiento ya que ello apremia mi mente justo ahora. ¡Que los amados
hermanos puedan ser hallados en Él en paz, y velando; la consagración mantenida y aumentada; todo su cuerpo, alma y espíritu,
sean guardados irreprensibles en el advenimiento de nuestro Señor Jesucristo! (1 Tesalonicenses 5:23 - VM).
Yo acabo de publicar otro tratado acerca
del perfeccionismo en Boston. El error, partiendo desde Alemania, se ha mezclado ampliamente aquí con mentes religiosas activas:
yo he escrito sobre ello, pero no sé qué haré con ello; pero el tema exige vigilancia. Los hermanos están siguiendo adelante
felizmente aquí, y con bendición y, yo espero, despiertos y animados, con algunas personas agradables añadidas en Boston.
Ha habido también alguna bendición afuera. . . . Cuéntame acerca de ti.
Afectuosamente tuyo en el Señor.
P.D.: Si los hermanos entran en la corriente
de la Cristiandad actual dentro del campamento, ellos serían solamente otra secta con ciertas verdades.
J. N. Darby
Nueva York, 8 de
Abril de 1875.
Traducido del Inglés por:
B.R.C.O. - Enero 2011.-
Título original en inglés:
Letters: Volume 2, number 214, by J.N.Darby
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