UN CRISTO
FALSO Y LA FALSEDAD
Todas
las citas bíblicas se
encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión
Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de
las comillas dobles (""), se indican otras versiones, tales como:
LBLA
= La Biblia de las Américas,
Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso.
RVA
= Versión Reina-Valera 1909
Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano)
VM = Versión Moderna, traducción de
1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166
PERROY, Suiza).
De la revista "The Bible Treasury, Vol. New Series 9,
1912, 1913
La aversión de Dios a los
ídolos, señalada tan pronto en Sus tratos con Israel, durante mucho tiempo
después del llamado a Abraham a ser un testigo del Dios único y verdadero, está
claramente en la perspectiva de Su Hijo amado, el Señor Jesús. El precepto,
"No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo
soy Jehová tu Dios" (Éxodo 20: 3-5), llega a ser luminoso en la luz de la
Palabra que se hizo carne, y que "habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad." "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en
el seno del Padre, él le ha dado a conocer." Juan 1: 14, 15, 18).
En Deuteronomio 13, la
posibilidad de que hubiera un "profeta, o soñador de sueños," que
"anunciare señal o prodigios", y que ello se cumpliese, siendo su
objetivo hacer que ellos se volviesen a otros dioses que no habían conocido, y
servirles, es traída ante el pueblo con la contundente prohibición, "no
darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque
Jehová vuestro Dios os está probando" (Deuteronomio 13: 1-3). ¿No
demuestra esto, claramente, que ninguna supuesta comunicación de parte de Dios
podría anular esa palabra memorable con la cual el Señor Jesús venció a Satanás
en el desierto — "Escrito está"? (Mateo 4: 1-11). A los hijos de
Israel se les dijo que dieran muerte al seductor, "por cuanto aconsejó
rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te
rescató de casa de servidumbre" (Deuteronomio 13:5). ¿Podría haber una
afirmación más potente que la de la redención, o una que apele más al corazón?
Por otra parte, podrían incluso ser tu "hermano, hijo de tu madre, o tu
hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo", los que incitarían secretamente
a servir a ¡dioses ajenos! (Deuteronomio 13:6). Pero, en vez de que la cercanía
de la relación, o amistad, fuese admitida como una excusa para ceder a la
trampa, no debía haber piedad alguna, perdón alguno, ni ocultamiento alguno,
sino "tu mano se alzará primero sobre él para matarle", y la
reivindicación de la redención de Dios es instada nuevamente. (Deuteronomio 13:
9, 10). ¿Está la deuda del Cristiano para con Aquel que "nos libró, y nos
libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte" (2ª.
Corintios 1:10) en un plano inferior que la de un Israelita obediente?
El juicio a ser infligido en
el caso de "alguna de tus
ciudades", desde las cuales han salido hombres impíos con un
seductor objetivo similar, después de una debida investigación, de buscar y
preguntar con diligencia, y la verdad y la certeza de haber sido establecida
"tal abominación" (Deuteronomio 13: 12-14) (porque Dios nunca actúa
sin suficiente evidencia, tal como podemos ver en el caso de Sodoma y Gomorra,
donde Él dice, "descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el
clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré" (Génesis 18:21)), debía
ser aún más drástico que el infligido sobre alguna de las ciudades de los
Cananeos; porque no sólo todos los habitantes y el ganado debía ser destruido
por completo, sino que "todo su
botín", "todo ello" debía ser juntado y consumido con fuego en
la ciudad (Deuteronomio 13: 15, 16). Por ejemplo, en el caso de Hai, "Los
israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a
la palabra de Jehová" (Josué 8:27).
En relación con lo arriba
mencionado, yo llamaría a prestar atención a una lección solemne que nosotros
aprendemos de 1º. Reyes 12, 13. Leemos allí, "instituyó Jeroboam fiesta
solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta
solemne que se celebraba en Judá… Ordenó también en Bet-el sacerdotes para los
lugares altos que él había fabricado.
Sacrificó, pues, sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los quince
días del mes octavo, el mes que él había
inventado de su propio corazón" (1º Reyes 12: 32, 33). El altar
verdadero era el medio de acercamiento a Dios. Los creyentes tienen ahora
"un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al
tabernáculo." Y este altar — nuestro altar — es claramente
"Jesús", quien, para santificar al pueblo mediante su propia sangre,
padeció fuera de la puerta, y a quien nosotros somos llamados a salir "fuera
del campamento, llevando su vituperio" (Hebreos 13: 10-16). Jeroboam había
establecido un altar falso; en otras palabras, él no había establecido el
verdadero, sino un falso Cristo.
Ahora bien, el varón de Dios
de Judá, comisionado por Jehová, cuando Jeroboam estaba junto al altar, y
quemaba incienso, clamó contra el altar, y predijo que Josías, de la casa de
David, quemaría huesos y sacrificaría sobre él a los sacerdotes de los lugares
altos; y él dio como señal de que Jehová había hablado, un altar quebrado y la
ceniza derramada. Jeroboam, indignado, extendió su mano contra el profeta de
Judá, sólo para que su mano se secase, de manera tal que no pudo volverla hacia
él ("Y aconteció que cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios
había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, diciendo:
¡Prendedlo! Pero la mano que extendió contra él se secó, de modo que no podía
volverla hacia sí." 1º. Reyes 13:4 – LBLA). Dios vindicó Su palabra y a Su
siervo, porque el altar se rompió y las cenizas se derramaron. El rey ruega al
varón de Dios por su mano, y Dios oye la oración del profeta de Judá, y ella es
restaurada. Pero viene ahora la prueba del varón de Dios. Después de todo lo
que él ha hecho, ¿resistirá él (Compárese con Efesios 6:13)? Él rechaza la
oferta del rey para ir a su casa con él y refrescarse, y el presente. "Porque
así me está ordenado por palabra de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas
agua, ni regreses por el camino que fueres." (1º. Reyes 13:9). Según 2ª.
Juan 11, estar en asociación con aquellos que, de alguna manera, están en
asociación con un Cristo falso, es participar en sus malas obras.
El varón de Dios de Judá se
vuelve para regresar por otro camino, pero él se entretiene en el camino en
"este lugar" donde él no debía comer pan ni beber agua. (1ª. Reyes
13: 11-34). ¡Qué lamentable! él cae como presa fácil; y las palabras del viejo profeta
de Bet-el, "Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por
palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba
agua" — estás palabras efectuaron lo que la invitación del rey no habían
logrado hacer. ¡Qué sorprendente es el comentario del Espíritu Santo, "empero le mintió."! ("Entonces
el otro le dijo:
Yo también soy profeta así como tú; y un ángel me habló por revelación de
Jehová, diciendo: Hazle volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba
agua: empero le mintió." 1º. Reyes 13:18 – VM).
Acaso no podemos preguntar,
¿no tiene esto su equivalente en el día actual? ¿Es en vano que esté escrito,
" ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este
es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo,
tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre."
(1ª. Juan 2: 22, 23). Cuáles deben haber sido los sentimientos del varón de
Dios de Judá cuando, estando a la mesa del viejo profeta, un mensaje genuino de
Dios viene por medio de este último, diciendo al varón de Dios, "Por
cuanto has sido
desobediente a la orden de Jehová, y no has guardado el mandato que te impuso
Jehová tu Dios… no llegará
tu cadáver al sepulcro de tus
padres." (1ª. Reyes 13: 21, 22 – VM). El león que le salió al
encuentro mientras él iba de camino a casa, el cual le dio muerte pero no tocó
su asno, es un tributo elocuente a lo que las bestias pueden hacer cuando el
hombre fracasa en su obediencia a Dios. Pero, oh, ¡qué lección para nosotros!
Si yo tengo la Palabra de Dios para mí mismo, estoy obligado a obedecerla, con
independencia de lo que los demás digan. Ningún alegato me puede absolver de su
reivindicación sobre mí, porque nosotros somos apartados desde la conversión
para la obediencia. Adhiriéndome a ella, y al Señor, yo tendré la protección
tanto de Él mismo como de Su palabra. No se trata de que otro diga, "Yo
también soy profeta como tú" (1º Reyes 13:18). El que dice eso puede ser
un santo, uno más digno; pero la Palabra para el corazón fiel es la que nuestro
bendito Señor dijo a Pedro, "Sígueme tú" (Juan 21:21). "El
obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el
sebo de los carneros." (1º. Samuel 15:22 - RVA).
W. N. Tomkins
Traducido
del Inglés al Español por: B.R.C.O.- Julio 2017.-
Título original en inglés: A FALSE CHRIST AND FALSEHOOD
Versión Inglesa |
|
|