DEDICACIÓN, SANTIFICACIÓN Y
CONSAGRACIÓN
Todas las citas bíblicas se encierran
entre comillas dobles
("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960
(RVR60) excepto en los lugares en que, además de las comillas dobles
(""), se indican otras versiones, tales como:
BTX = Biblia Textual, © 1999 por Sociedad Bíblica Iberoamericana,
Inc.
JND = Una traducción literal del Antiguo Testamento (1890) y del
Nuevo Testamento (1884) por John Nelson Darby (1800-82), traducido del Inglés
al Español por: B.R.C.O.
KJV1769 = King James 1769 Version of the Holy Bible (conocida
también como la "Authorized Version"). LBLA = La Biblia de las
Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con
permiso.
VM = Versión Moderna, traducción
de 1893 de H. B. Pratt, Revisión
1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).
Romanos 12: 1-3
G. Davison
De la revista
'Precious Things'
Abril/Mayo/Junio
1964
Hay tres palabras
que nosotros usamos a menudo en la presentación de ciertas verdades, y una
explicación de estas palabras puede ayudar al entendimiento de las verdades
comunicadas por ellas. Las tres palabras son — Dedicación, Santificación y
Consagración. En realidad, estas palabras no aparecen en los versículos que hemos
leído, pero la enseñanza relacionada con ellas es presentada muy claramente
allí.
La palabra 'consagración'
es usada a menudo donde usar la palabra 'dedicación' hubiese sido más exacto; a
veces se hace referencia a la 'dedicación' cuando el pensamiento en la mente ha
sido realmente la 'consagración'. En la medida que consideremos los versículos
que hemos leído, ello puede ayudarnos a ver el pensamiento distintivo en
relación con cada palabra.
Dedicación — Romanos 12:1
La palabra griega
traducida como 'dedicación' es hallada tres veces en el Nuevo Testamento, y
aparece también frecuentemente en el Antiguo Testamento. Nosotros tenemos el
nombre "dedicación" en Juan 10:22, y el verbo "dedicado" en
Hebreos 9:18 (dedicated – KJV1769), donde la Biblia RVR60 traduce como "instituido",
y La Biblia JND presenta esta palabra como "inauguró", pero una
concordancia mostrará claramente que esa palabra es el verbo de la palabra
usada en Juan 10:22, versículo en el que J. N. Darby la deja como
"dedicación"). La otra referencia está en Hebreos 10:20 donde está
traducida en la RVR60 como "abrió", pero se trata realmente de la
palabra "dedicó", y es traducida sí por J. N. Darby. Nosotros citamos
estas referencias para mostrar que se trata de una palabra Escritural que
contiene un elemento de verdad de indudable importancia.
Dedicación
significa 'entregado a', o 'dedicado a'. Esta palabra es usada para describir
esas cosas que estaban dedicadas al servicio de Dios. Todas las cosas ofrecidas
voluntariamente por los hijos de Israel en pro de la construcción del tabernáculo
fueron de este carácter. La ofrenda de los príncipes registrada en Números 7 es
mencionada como "dedicación", y el material dado voluntariamente por el pueblo
fue, sin duda alguna, de este
carácter también. Cuando fue entregada a Moisés ella fue dedicada de inmediato
al servicio de Dios. Nadie había intentado reclamar algo dado así; ello era
entregado de manera irrevocable para el servicio de Dios. Teniendo esto en
cuenta, nos referimos nuevamente al primer versículo de Romanos 12.
"Así que, hermanos,
os exhorto por la gran misericordia de Dios que presentéis vuestros cuerpos
como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio*
racional**" (Romanos 12:1 – BTX).
N. del T.: Notas al margen de la versión BTX:
*12.1 La
palabra griega latreía = servicio en Juan16:2,
es una terminología análoga al tiempo del apóstol, quien describe este sacrificio
como un logiké latreía = servicio racional a Dios por medio de la razón
humana. Debe diferenciarse de la palabra
griega treskeía = culto en Colosenses 2:18-23.
**12.1
O razonable.
Nosotros hemos
llamado a poner atención a los hijos de Israel dedicando ciertos materiales al
servicio de Dios, pero vamos aquí más allá de ciertas cosas, y somos enfrentados
con el hecho de que somos nosotros mismos los que hemos de
dedicarnos, no meramente aquello que poseemos. El resultado es que si nosotros
nos dedicamos a Dios, todo lo que poseemos estará también a Su disposición. La
Palabra es " vuestros cuerpos", y eso implica nosotros mismos
enteramente — nuestras mentes, nuestros movimientos, nuestros deseos, todos
ellos están unidos con nuestros cuerpos, y funcionan en relación con nuestros
cuerpos. Ello ha de ser absoluto, y sin reserva alguna.
Notemos que se nos
da el privilegio de hacer esto.
Aquello a lo cual se hace referencia aquí no es lo que Cristo ha hecho por
nosotros, ni lo que el Espíritu ha hecho por nosotros, ni lo que Dios ha hecho
por nosotros. Lo que las Personas divinas han hecho por nosotros está
claramente declarado en los tres primeros versículos de Romanos 8, a saber:
"Ahora pues,
ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús *, porque la ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la
muerte. Porque Dios hizo lo que era imposible para la ley, por cuanto ella era
débil por la carne: Habiendo enviado a su propio Hijo en semejanza de carne de
pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne." (Romanos 8:
1-3 – RVA).
* N. del T.: Algunos manuscritos antiguos incluyen para
los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Nota al
margen RVA).
Al final del versículo 1, el Textus Receptus
introduce la expresión
del versículo 4 en dos etapas: los que no andan
conforme a la carne, y la misma cláusula seguida por sino conforme al Espíritu. La lectura más corta, que hace
la declaración mucho más apropiada sin la calificación que es únicamente
aplicable en el versículo 4, está fuertemente respaldada por antiguos
representantes de los tipos de texto Alejandrino y Occidental. Desde el punto
de vista de las consideraciones internas, esta errónea inserción en el texto desvirtúa
el propósito doctrinal de la
Epístola al trasladar del versículo 4 una cláusula conclusiva, y volverla condicional en el versículo 1. (Nota al margen BTX).
El desafío es ahora
en cuanto a cuál ha de ser nuestra respuesta. Si apreciamos aquello que nos ha
alcanzado a través de las misericordias de Dios, nosotros nos presentaremos y presentaremos
todo lo que tenemos en servicio voluntario a Dios. Esto es la verdadera dedicación.
Los Levitas,
después de su dedicación, tal como está registrado en Números 8, son
ciertamente un tipo de esto. Todos sus posteriores movimientos tuvieron
relación con el servicio del tabernáculo, y, de igual manera, nuestro servicio
debería estar relacionado con esos intereses de Personas divinas que responden
en la actualidad al tabernáculo en un sentido espiritual. ¡Qué maravilloso es
que nosotros, en nuestro día, podamos estar aquí para la complacencia de Dios,
dedicando nuestra vida entera a Sus intereses!
Todo lo que es
dedicado a Dios debe ser característicamente santo; Él puede usar sólo aquello
que es así en Su servicio. Se dice que nuestros cuerpos son de barro (2ª.
Corintios 4:7), corruptibles (1ª. Corintios 15), etc., pero la Escritura no se
refiere a ellos ¡como siendo cuerpos pecadores! Si el cuerpo fuese pecador, ¿cómo
podríamos entregarlo a
Dios como sacrificio santo (Romanos 12:1)? Ningún cambio físico ha tenido lugar
aún en nuestros cuerpos, pero, no obstante, nosotros podemos presentarlos como
cuerpos santos para el servicio de Dios.
Esta palabra
"santo" está estrechamente relacionada con la
"santificación", cuyo significado es 'mantener separado del mal'.
Antes que las misericordias de Dios nos alcanzaran y nos reconciliaran con Él
mismo (Colosenses 1:21), nosotros usábamos nuestros cuerpos enteramente para
nuestra propia voluntad, y en prácticas pecaminosas. Nosotros podemos usar
ahora este mismo cuerpo en el
servicio santo de Dios. No es que el cuerpo ha cambiado; hemos cambiado nosotros,
y las evidencia de que
apreciamos la obra de Dios que ha forjado este cambio es vista en nuestra disposición
a darle a Él todo lo que somos capaces de dar en la perspectiva de Su propia
complacencia. Ese es el significado de la palabra "agradable"
(Romanos 12:1), la cual conlleva el pensamiento de 'tener complacencia'. ¡Qué
triunfo para Dios y qué bendición para nosotros es que nosotros, que una vez
vivimos sólo para complacernos a nosotros mismos, vivimos ahora para la
complacencia de Dios!
Antes de dejar
este
versículo, no debemos pensar que este es algún estado avanzado en el que vamos
creciendo. El apóstol dice que es nuestro "servicio racional" (N. del T.: véase más arriba
en esta sección, Romanos 12:1 – BTX y notas al margen), o
ello puede ser leído como "servicio inteligente", y debería ser
verdad acerca de todo santo de Dios que ha valorado correctamente la obra que
Dios ha hecho por nosotros. Si Dios hizo tanto por nosotros, y nos valora tanto
que Él ha hecho esto para asegurar que nosotros seamos para Él, entonces ¿no
debiésemos dedicarnos en todo a Él para Su servicio en la actualidad? Esto es
verdaderamente lo que implica la
dedicación. Que todos nosotros podamos buscar gracia para responder a ello.
Santificación – Romanos 12:2
"No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta."
La
"dedicación" fue el pensamiento que tuvimos en cuenta anteriormente.
Ahora, en este segundo versículo, vemos con igual claridad que la
"santificación" es la porción de verdad con la cual el Espíritu nos
ocuparía. Si nuestra dedicación debe ser llevada a cabo en condiciones
adecuadas para Dios, la necesidad de santificación es vista como siendo un
imperativo. Nosotros no podemos esperar servir a Dios de manera aceptable
excepto mostrando los rasgos que se nos prescriben en este versículo.
Dos palabras se
destacan, una en contraste con la otra, "conforméis" y "transformaos."
El prefijo 'con' indica 'junto con', 'reunión', 'cooperación' o 'agregación', y
el prefijo 'trans' indica 'aparte de'. Esto hace que el significado sea claro.
Nosotros no hemos de estar juntos con
este mundo, sino completamente aparte
de él. Es un axioma que nuestros tres peligros son el mundo (siglo), la carne,
y el diablo. Con la misma claridad se enseña que el mundo (siglo) está en
oposición a Dios como Padre; el diablo está en oposición a Cristo, y la carne
está en oposición al Espíritu. Nosotros no podemos limitar estos asuntos de una
manera taxativa y rápida, pero se ha señalado a menudo que, en lo principal, esta
es la forma en que ellos
son presentados a nosotros; la primera epístola de Juan hace que la verdad sea
bastante clara. Por eso, en este versículo, donde la voluntad de Dios está en
perspectiva, el mundo (siglo) es visto como el gran obstáculo para nuestro
andar sometidos a Su voluntad. ¿Por qué deberíamos nosotros, que somos 'llamados
desde lo alto y hombres celestiales por nacimiento', desear ser semejantes a hombres
de este mundo? ¿Por qué sentir ansias por vestir como ellos, hablar como ellos,
asociarnos con ellos, cuando pertenecemos a Dios a quien ellos ni conocen ni
desean servir? ¿No debiésemos ser, más bien, "semejantes a hombres que
esperan a su señor" (Lucas 12:36 – LBLA)? Nuestro gran obstáculo para
llevar a cabo nuestra "dedicación" es esforzarnos por ser semejantes
a este mundo.
En contraste
con
esto, se nos exhorta a ser 'transformados' mediante la renovación de nuestras
mentes. Los que desean buscar el significado de estas palabras, encontrarán que
la palabra 'form' usada en la palabra compuesta "conforméis"
significa una semejanza en la superficie;
mientras que la palabra 'form' usada en "transformaos" significa un cambio radical
en la persona que está en
esa forma. El otro uso de esta palabra traducida aquí como "conforméis"
está en 1ª. Pedro 1:14 (donde está traducida como " amoldándoos", a
saber "como hijos obedientes, no amoldándoos a las
antiguas pasiones que teníais cuando estabais en vuestra ignorancia" 1ª.
Pedro 1:14 – BTX), y nuevamente aquí se ve
claramente que es una semejanza hacia el
exterior, externa. Nosotros podemos agradecer a Dios el hecho de que somos
personas que han sido libertadas del mundo; entonces, ¿por qué deberíamos estar
ansiosos por ser semejantes a él en apariencia?
La palabra "transformaos (Griego Metamorfóo - G3339)" se encuentra en tres lugares en el Nuevo
Testamento, y está traducida de manera diferente cada vez. En Mateo 17:2 está
traducida "transfiguró", si bien en nuestro versículo está traducida
como "transformaos." La primera referencia muestra claramente lo que
la palabra significa. La gloria verdadera de nuestro Señor resplandeció de una
manera que los discípulos no habían visto antes. No se trató meramente de una
vestidura exterior lo que fue manifestado, sino lo que el Señor era en Sí mismo resplandeciendo.
Debería ser
así con respecto a nosotros. Como siendo los objetos de la Palabra de Dios, y
con el Espíritu de Dios morando en nuestros corazones, lo que nosotros somos como
santos de Dios debería ser
visto resplandeciendo. Este es el
carácter verdadero de "transformaos." Verdaderamente, entonces, si lo
que nosotros somos, como el fruto de la obra de Dios en nuestras almas,
resplandece constantemente desde el vaso en el cual esa obra ha sido llevada a
cabo, no nos conformaremos
(adaptaremos) a este mundo, sí, podemos decir, no podemos conformarnos (adaptarnos)
a este mundo.
Hemos
de observar que esta transformación es el resultado de la
"renovación" de nuestras mentes. ¡Cuán importante es entonces
controlar la propensión de la mente! Esto sería aquello a lo que el apóstol se
refiere en Romanos 8:6, "ocuparse del Espíritu." Es decir, nosotros
pensamos siguiendo los criterios del Espíritu, no la línea de pensamiento que
nos caracterizaba cuando el interés propio era el deseo gobernante de nuestras
vidas. Nuestro deseo es ahora complacer a Dios, haciendo espacio para Su
voluntad, no para la nuestra. Cuando permitimos a estos deseos controlar
nuestros pensamientos, y, por consiguiente, nuestros movimientos, nos estaremos
moviendo aquí para la complacencia de Dios, y ciertamente comprobaremos "cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Romanos 12:2). No
podía haber nada bueno acerca de nuestras voluntades,
ni tampoco podían ellas producir algo aceptable para Dios, y ¿cuán distante de
la perfección debe estar cualquier pensamiento nuestro? Dios puede aceptar de
nosotros solamente lo que es de Él mismo, y nosotros tenemos el gran privilegio
de servirle a Él en este mundo hostil cuando Le permitimos controlarnos y
guiarnos. Esto llevará a la verdadera "santificación." Una afirmación
adicional hecha por el Señor Jesús mostrará nuevamente el carácter de esta
importante verdad — "No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos
en tu verdad; tu palabra es verdad." (Juan 17: 16, 17).
Si
nosotros hemos tomado la decisión de dedicarnos a Dios para Su
servicio, que podamos siempre tener en cuenta que esto necesita un andar en
separación a través de este mundo. Tratar de servir a Dios mientras nos
asociamos con este mundo nos dejará desprovistos del poder necesario para
cumplir Su voluntad, y resultará en que el servicio mismo llegará a ser un
asunto de esclavitud, en lugar de ser el deleite de nuestras almas. Tal deleite
será realmente si nosotros sustentamos nuestra dedicación mediante la
santificación, y somos hallados siguiendo la voluntad de Dios para Su gloria y
nuestra actual bendición.
Consagración – Romanos
12:3
Nosotros hemos considerado el pensamiento de la "dedicación"
en el versículo uno de nuestro capítulo, y el de la
"santificación" en el versículo 2; esperamos ver ahora la verdad de la
"consagración" en el versículo 3. Esta palabra es confundida a menudo
con "dedicación", pero las dos son muy distintas. La mayoría de
nosotros ha notado el título "Consagración" en el encabezado del
himno 'Take My Life and Let It Be, Autor: Frances R. Havergal, 1874' (Fuente: http://library.timelesstruths.org/music/Take_My_Life_and_Let_It_Be/
'Toma mi vida y
que
ella esté,
Consagrada Señor
a Ti'
Pero el verdadero
carácter de ese himno es la dedicación, no la consagración. Esperamos ver esto
de la Escritura que está ante nosotros.
Tenemos que
acudir
ahora al Antiguo Testamento para encontrar el significado de esta palabra, y
para observar cuidadosamente su carácter en los capítulos donde ella aparece. Es
cierto que dicha palabra es usada dos veces en nuestra Versión Autorizada
inglesa; ambas referencias están en la epístola a los Hebreos (N.
del T.: Hebreos 7:28 y Hebreos 10:20, palabra que la RVR60 traduce como
"constituye" en el primer caso, y "abrió" en el segundo). Una referencia a
la Nueva Traducción por J. N. Darby mostrará que la
palabra es "perfeccionado" en el capítulo 7, y "dedicó" en
el capítulo 10, en lugar de "abrió." Si bien la palabra real
"consagró" no se encuentra en el Nuevo Testamento, la verdad
implícita en esa palabra está ciertamente allí.
La palabra aparece
de
manera acertada por primera vez en Éxodo 28:41, versículo del cual una nota al
margen reza — "los consagrarás" (hebreo: llenarás sus manos, es
decir, con sacrificios a ser ofrecidos por ellos). La palabra
"consagración" significa entonces, 'llenar la mano'. Para una
ilustración de esto nosotros debemos acudir a Éxodo 29 donde leemos que
"el otro carnero" (versículo 19) era un "carnero de consagración"
(versículo 22). Las entrañas y la espaldilla derecha de ese carnero eran
puestas en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos; para ser mecidas
como ofrenda mecida delante de Jehová (versículo 24). Moisés las tomó después
de las manos de ellos y las hizo arder en el altar como un holocausto en olor
grato delante de Jehová (versículo 25). Leemos además que ciertas partes del
sacrificio llegaban a ser alimento para los sacerdotes (versículo 28). Nosotros
sabemos que esta ofrenda habla de nuestro Señor Jesucristo en Su consagración
al cumplimiento de la voluntad de Dios. Sacerdotes santificados ofrecían las
porciones más excelentes del sacrificio a Dios, y se alimentaban del resto. Lo
que necesita ser enfatizado es que todo
era puesto en las manos de ellos antes que lo ofrecieran. Otro ponía estas
partes en las manos de ellos, ellos mismos no hacían esto. El privilegio de
ellos era ofrecer aquello que era puesto allí, pero primero ello les era dado en
la perspectiva de la ofrenda. Vemos en esto el significado de la palabra
"consagración", 'llenar la mano'. La lectura de esta Escritura hace
evidente el hecho de que la consagración indica lo que primero fue dado a los
sacerdotes con una perspectiva de ser usado en el servicio de Dios. Con esto en
mente nosotros podemos ver claramente por qué se sugiere Romanos 12:3 como
teniendo la consagración en perspectiva.
Nosotros hemos
visto ya que la dedicación (Romanos 12:1) es algo que nosotros hemos de hacer como
habiendo aprendido y apreciado lo que Dios ha hecho por nosotros. Luego, en
Romanos 12:2, hemos visto que nuestra dedicación es mantenida mediante la
santificación. Estos dos versículos hablan de aquello que es de nuestra parte,
lo que nosotros hemos de
hacer, mientras que la consagración se refiere a lo que Dios proporciona de Su
parte para capacitarnos a llevar a
cabo nuestra dedicación en devoción a Su voluntad. No hay sugerencia alguna de
que nosotros somos consagrados sólo como resultado de haber sido dedicados y
santificados. Romanos 12:3 mostraría que eso no es así; pero si nosotros vamos
a andar en el poder de nuestra consagración, nosotros debemos ser tanto
dedicados como santificados. A causa de la carencia de estos dos rasgos, mucho
de aquello con lo que Dios ha equipado a los santos para Su servicio actual se
ha perdido.
"Digo, pues,
por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga
más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno." (Romanos
12:3).
Tenemos aquí,
ciertamente, el pensamiento de la consagración, aquello que Dios ha repartido
(o, distribuido) a cada uno de nosotros. Con independencia de lo dedicados que
nosotros podamos ser, con independencia de lo caracterizados por la
santificación del mal que está en este mundo, si Dios no nos hubiera provisto
con medios espirituales, nosotros no Le podríamos servir aquí. Él ha provisto a
todos nosotros con algo que ha de ser usado en Su servicio. En la epístola a
los Efesios el apóstol es guiado por el Espíritu para llamar al don
"gracia" (Efesios 3:2; 3:7; 4:7), si bien él habla aquí de "fe."
La gracia muestra la maravillosa condescendencia de Dios al darnos la habilidad
para servirle a Él; la fe indica la confianza que necesitamos para usar nuestro
equipamiento espiritual en ese servicio. Nuestro servicio es entre el pueblo de
Dios, pero es sirviendo a Dios la forma en que servimos a los santos.
Más adelante en
este capítulo 12 de Romanos nosotros tenemos "diferentes dones"
(versículo 6), pero está también aquello que es dado a cada uno de nosotros, Dios
ha llenado nuestras manos. En el
versículo 6 se hace referencia nuevamente al don como "gracia." Esta
palabra puede ser traducida 'favor gratuito', y si nosotros valoramos este
favor, más encontraremos que nuestro servicio para Dios al servir a Su pueblo
es un placer y no una carga.
Hay tres lugares
en
el Nuevo Testamento donde la verdad en cuanto a que los santos están dotados
espiritualmente es enseñada. Aquí en Romanos 12, otra vez en 1ª. Corintios 12,
y también en Efesios 4. Romanos 12 tiene el cumplimiento de la voluntad de Dios
en perspectiva, por eso se dice que es Dios
mismo el que da los dones. En 1ª. Corintios 12 el gran objetivo en perspectiva
es "la manifestación del Espíritu", por lo tanto, es el Espíritu el
que da los dones. Finalmente, en Efesios 4 lo que se tiene en cuenta es que el
cuerpo puede funcionar para mostrar a Cristo, por eso el propio Cristo es el
Dador de dones.
¡Qué pueblo
favorecido somos! Dotados por Dios con la perspectiva del cumplimiento de Su
voluntad mientras nos movemos a través de este mundo; dotados por el Espíritu
para que nosotros podamos favorecer el aumento espiritual en nuestras reuniones
locales, y dotados por nuestro Señor Jesucristo de modo que estemos capacitados
para ayudarnos los unos a los otros para un mejor conocimiento de Su grandeza y
gloria, la grandeza y la gloria de Cristo, el Hijo de Dios (Efesios 4:13).
Que todos nosotros
procuremos estar más dedicados a la voluntad de Dios, preservando en
condiciones santas y por medio de una constante santificación práctica, el don
dado a nosotros, para que podamos usar en poder y santidad aquello con lo que
nuestras manos han sido llenadas por Dios — a saber, nuestra
"consagración"
G. Davison
Traducido del
Inglés
al Español por: B.R.C.O.- Agosto 2017.-