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Las Siete Fiestas - Las Fiestas de Jehová. ( G. C. Willis)

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Duración: 10:01 min.

Las Fiestas de Jehová - George Christopher Willis

Capítulo 3

 

Las Siete Fiestas.

 

"Estas son las fiestas señaladas por Jehová" (Levítico 23: 4 – JND)

 

"Lo cual es sombra de lo que ha de venir" (Colosenses 2: 17)


Antes que consideremos las Fiestas de Jehová por separado, en detalle, considerémoslas todas juntas. Había siete Fiestas, o, si incluimos el Día de Reposo, había ocho Fiestas. El Día de Reposo era diferente de las otras Fiestas de varias maneras.

 

        (Si consideramos el diagrama al final del libro, entenderemos mejor las Fiestas).

 

El Día de Reposo era diferente de las otras Fiestas de varias maneras.

 

Se lo describe en una sección separada de Levítico de las otras Fiestas. Notarán que el tema de esta Fiesta comienza, "En cuanto a las fiestas señaladas por Jehová, ... estas son mis Fiestas señaladas". (Levítico 23:2 – JND). Después de hablar del Día de Reposo, tenemos casi las mismas palabras para una introducción a las otras siete Fiestas, "Estas son las Fiestas señaladas por Jehová" (versículo 4 – JND). Ninguna otra Fiesta tiene esta introducción especial.

 

Asimismo, el Día de Reposo era observado semanalmente, todas las otras Fiestas eran anuales.

 

El Día de Reposo era observado en el hogar de las personas, pero las otras Fiestas debían ser observadas en "el lugar" que Jehová escogiera para poner allí Su Nombre. (Deuteronomio 12: 14; 16: 6).

 

El Día de Reposo nunca se ha cumplido completamente, y no se cumplirá completamente hasta la eternidad, pero las otras siete Fiestas se cumplen dentro de un cierto tiempo.

 

Las siete Fiestas pueden ser divididas en dos partes, cuatro en la primera parte y tres en la segunda.

 

La Pascua, la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de las Primicias y Pentecostés, eran las cuatro primeras. Todas ellas eran cercanas la una de la otra. Luego había un intervalo de unos cuatro meses, durante los cuales no había "Fiesta de Jehová" ni "santa convocación" del pueblo en Jerusalén. Era una larga pausa entre la Fiesta de Pentecostés y la siguiente, la Fiesta al son de Trompetas (Levítico 23: 24), durante la cual no se oía ningún nuevo llamamiento de Jehová a Su pueblo. Ciertamente Jehová tuvo un propósito en esto, y una lección para que nosotros la aprendamos. El significado es, quizás, que las verdades representadas en las cuatro primeras Fiestas ya se han cumplido, mientras que lo que es representado en las tres últimas Fiestas aún no se ha cumplido. Quizás el largo espacio entre la Fiesta de Pentecostés y la siguiente Fiesta muestra el largo espacio de más de 2000 años desde el día de Pentecostés hasta el día en que vivimos ahora.

 

Las primeras cuatro Fiestas parecen estar relacionadas con el pueblo celestial del Señor, — la Iglesia, mientras que las últimas tres parecen estar especialmente relacionadas con Su pueblo terrenal, Israel, aunque quizás el pueblo celestial también está representado en estas tres Fiestas.

 

Nosotros veremos que las primeras cuatro Fiestas se han cumplido exactamente, y esto hace que esperemos que las últimas tres Fiestas también se cumplirán exactamente en el propio tiempo de Dios. El fracaso del hombre y toda la iniquidad del hombre no pueden cambiar los propósitos de Dios.

 

¡De qué manera este capítulo 23 de Levítico debería fortalecer nuestra fe en toda la verdad de cada palabra de la Biblia! Aquellos que nos dicen que ella es falsa, están demasiado ciegos para ver la maravillosa exactitud, verdad y hermosura en un capítulo como este, o ellos nunca más podrían dudar de la Palabra de Dios. Cuánto más de cerca consideramos las obras del hombre, peor aparecen, pero cuánto más de cerca examinamos las obras de Dios, más hermosas aparecen.

 

Dios ordenó a todos los varones de Israel que se presentaran ante Él tres veces al año, en la Fiesta de la Pascua, en la Fiesta de Pentecostés, y en la Fiesta de los Tabernáculos (Éxodo 23: 14 a 17). Tenían que venir al lugar que el Señor había escogido para colocar allí Su nombre (Deuteronomio 16: 16). Y no debían venir con "las manos vacías". (Deuteronomio 16: 16; Éxodo 29: 24; Levítico 16: 12; Deuteronomio 26: 2).

 

¡Qué felices deben haber estado los varones de Israel al reunirse todos de todas partes del país en el mismo centro, todos con un solo corazón y un solo objetivo, encontrarse con Jehová, y, de la plenitud de la bendición que Él les había dado, devolverle Su porción! "Cada uno dará según lo que esté en su poder dar, conforme a la bendición de Jehová tu Dios que Él te haya dado". (Deuteronomio 16:17 - JND). Los hombres creen que el pequeño grupo de Salmos (120 a 134) llamado «Cánticos de Ascenso Gradual», era cantado por estas mismas multitudes felices mientras viajaban a la ciudad del Gran Rey, Jerusalén.

 

Mientras el corazón del pueblo de Jehová estuvo en el estado correcto, ellos se regocijaban en estas Fiestas de Jehová, y se alegraban cuando se decían unos a otros: "¡Vamos a la Casa de Jehová!". (Salmo 122: 1 - JND).

 

Pero, lamentablemente, cuando sus corazones se apartaron del Señor, encontraron gravosas Sus Fiestas y pronto las descuidaron de tal modo que, en el último capítulo de Jueces, al relatar el lugar que el Señor había elegido para Sus Fiestas, (Jueces 21: 19), fue necesario dar las más cuidadosas instrucciones acerca de cómo encontrarlo. Pero si cada varón iba a ese lugar tres veces al año como Dios había dispuesto, todo varón de Israel conocería el camino perfectamente.

 

En el libro de Malaquías (1: 10) el Señor pregunta: "¿Quién hay entre vosotros que cerrase las puertas? y vosotros no encenderíais fuego sobre mi altar en vano" (Malaquías 1: 10 – JND), y para las ofrendas a Jehová traían lo "cojo, o lo enfermo", (Malaquías 1:13) diciendo de las cosas del Señor, "¡Oh, qué fastidio es esto!". De hecho, las cosas habían empeorado tanto en los días de Malaquías que Dios habló de, "el estiércol de vuestras fiestas". (Malaquías 2: 3 - JND).

 

¿Somos nosotros mejores en nuestros días? ¿Cuántas veces abandonamos las cosas del Señor para buscar nuestras propias cosas? Incluso en los días del Apóstol Pablo, él tuvo que escribir, "todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús". (Filipenses 2: 21). Y, por otra parte, tuvo que decir, "Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia". (2ª Timoteo 1: 15).

 

Que el Señor Jesús llene tanto nuestros corazones que todas las demás cosas pierdan su atractivo, y que de verdad digamos,

 

«Nada de lo que tengo lo llamo propio,

Lo tengo para el Dador,

Mi corazón, Mi fuerza, Mi vida, Mi todo,

son Suyos, y Suyos para siempre».

 

        Nosotros hemos visto que en el Evangelio de Juan las Fiestas de Jehová se habían convertido en "las Fiestas de los judíos".

 

Cuando llegamos a las epístolas, encontramos que los cristianos tienen una sola Fiesta, no anual, sino el primer día de cada semana, y el Señor mismo, como anfitrión, nos llama a Su mesa para comer Su cena, en memoria de Él, y Él mismo está presente con nosotros.

 

La Pascua miraba hacia el futuro, hacia la muerte de Cristo. La Fiesta de los Panes sin Levadura hablaba de la comunión de los santos en santidad y amor, la Fiesta de las Primicias nos hablaba de la resurrección de Cristo, la Fiesta de Pentecostés esperaba la llegada del Espíritu Santo. En la siega (Levítico 23: 22), podemos ver el regreso de Cristo.

 

¿Acaso no están todas ellas incluidas en la Cena del Señor, cuando semana a semana nos reunimos para recordarle?

 

Cuando miramos hacia atrás, a la muerte de Cristo, nosotros disfrutamos de la comunión de los santos, recordamos que Cristo no está muerto, sino que Él ha resucitado, y que el poder para disfrutar de todo esto, y para adorar, es sólo por medio del Espíritu Santo, y "hacemos esto, "hasta que él venga". (1ª Corintios 11: 26).

 

Verdaderamente acerca de esa cruz podemos cantar,

 

«¡Oh, misterio de misterios!

De la vida y de la muerte el madero;

Centro de dos eternidades

Que miran con embelesados y adoradores ojos,

Hacia adelante y hacia atrás a Ti...

Oh cruz de Cristo, donde todo Su dolor

Y muerte es nuestra ganancia eterna".

G. C. Willis

 

Traducido del Inglés al Español por B.R.C.O.

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones tal como las que son indicadas a continuación:

 

JND = Una traducción del Antiguo Testamento (1890) y del Nuevo Testamento (1884) por John Nelson Darby, versículos traducidos del Inglés al Español por Benito Carnio.

Título original en inglés:
The Feasts of Jehova, by G. C. Willis
Traducido con permiso

Versión Inglesa
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