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LA VENIDA DEL SEÑOR Y EL TRANSCURSO DE LOS SIGLOS

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La Venida del Señor y el Transcurso de los Siglos

 

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RV60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.

 

De la revista "The Bible Treasury", volumen N8, página 9.

 

Unas palabras para el nuevo año publicadas en el año 1910

 

Como todo lo que sabemos acerca de la venida del Señor no ha sido incompatible con el transcurso de diecinueve siglos algunos están preguntando, ¿Acaso no puede transcurrir todavía un período igualmente largo antes de Su advenimiento? La primera respuesta a esto es que la fe nunca es gobernada por las apariencias o los razonamientos sino por la palabra del Señor, y que como Él nos ha dicho que esperemos sin referencia al tiempo la fidelidad a Él exige que lo hagamos sin inmutarnos por el paso de los siglos. "Porque por fe andamos, no por vista" (2ª Corintios 5: 7) y nosotros no miramos "las cosas que se ven, sino las que no se ven". (2ª Corintios 4: 18).

 

¿Ha observado el lector que Lucas 12 presenta una recompensa especial por velar distinta de la recompensa por servir? La primera se encuentra en el versículo 37 y tiene su propia dulzura pues tiene relación con los afectos del corazón que después de todo son el elemento rector en la espera del regreso del Señor. El Señor dice: "Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (versículo 34); y luego en el versículo 37, "Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles".

 

La recompensa por servir está en el versículo 44: "Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes".

 

La recompensa por servir es bienaventurada pero es la norma de la gloria exterior y la recompensa por velar es, por decirlo así, los placeres interiores de la escena doméstica donde el Propio Anfitrión Real dispensa de la manera más conmovedora Su hospitalidad, hace que ellos se sienten a sus anchas mientras Él ministra personalmente para el disfrute de ellos. Es notable que tanto en lo que respecta a velar fielmente a la espera de Su regreso como en cuanto al abandono incrédulo de aquel deber el Señor representa ambas actitudes como un asunto del corazón. En cuanto a lo primero, Él dice: "Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón"; y en cuanto a lo segundo Él cita al siervo infiel diciendo "en su corazón: Mi señor tarda en venir". (Versículo 45). De hecho la primera mención del rapto o arrebatamiento en las Escrituras está en conexión con los afectos. Las antiguas profecías están llenas de la gloriosa epifanía del Señor; pero la primera mención de aquel acontecimiento previo, — a saber, el hecho de que Él nos toma consigo mismo, — está en el capítulo 14 de Juan y allí ello es anunciado como para el cumplimiento del deseo de Su corazón, a saber, "para que donde yo estoy, vosotros también estéis". (Juan 14: 3).

 

Dejando ahora en su debida prominencia el asunto importante de que lo que el Señor espera de nosotros no es que sostengamos una teoría profética sino el afecto vivo del corazón, consideremos la influencia que el largo transcurso de diecinueve siglos tiene sobre el asunto.

 

En primer lugar, si ha transcurrido un tiempo tan largo, ¿acaso no es posible que por ese mismo motivo nosotros estemos en vísperas de Su venida? Indudablemente podemos estarlo.

 

Por el contrario todo lo que puede ser dicho es que al haber transcurrido un tiempo tan largo  puede ser posible que un tiempo igualmente largo aún tenga que transcurrir. Aunque la posibilidad no puede ser negada las probabilidades están firmemente en contra de esto. No se debe poner demasiado énfasis en la inesperada duración del tiempo que ha transcurrido. Porque la Escritura ha sido configurada con profunda sabiduría como para contener en varios lugares insinuaciones místicas de la inesperada extensión de los tiempos, insinuaciones que pueden ser discernidas ahora pero que no podían ser presentadas con claridad al principio porque haber hecho eso habría puesto a la iglesia fuera de esa actitud de expectativa que el Señor deseó que sea mantenida. Tome usted como ejemplo las Cartas a las siete iglesias en Apocalipsis dirigidas a siete iglesias reales en aquel momento. No hay motivo para suponer que se las considerase como teniendo algún carácter típico aunque ellas poseían una valiosa enseñanza para otras iglesias en todo momento tal como las Epístolas a los Romanos, Efesios, etcétera. Pero estando nosotros al final del período eclesiástico podemos percibir que las siete iglesias ofrecen un tipo de la historia completa de la iglesia desde el establecimiento en primer amor en Éfeso pasando por las diversas fases de la historia de la iglesia, — historia retratada inequívocamente aunque con más o menos claridad hasta el rechazo de la profesión muerta en Laodicea.

 

Una insinuación mística similar en el final del Evangelio de Juan ha sido señalada de hermosa manera por el señor Darby: -

 

«En el capítulo 21. ... el ministerio especial de Pedro y de Juan es señalado aunque de manera misteriosa. Las ovejas de Jesús de la circuncisión son confiadas a Pedro pero este ministerio iba a finalizar como el de Cristo. La asamblea no sería establecida sobre este terreno como tampoco Israel. No hubo que esperar aquí hasta que Cristo viniera. De hecho el ministerio de Pedro terminó y la asamblea de la circuncisión fue dejada sin pastor antes de que la destrucción de Jerusalén pusiera fin a toda conexión de este tipo para siempre. Entonces Pedro pregunta por Juan. El Señor responde declaradamente de manera misteriosa pero disuadiendo como que aquello no le concierne a Pedro que debía seguirle a Él, a saber, el final del ministerio de Juan prolongándolo en posibilidad hasta que viniera Cristo. Ahora bien, de hecho el Esposo tardó pero el servicio y el ministerio de Juan por medio de la Palabra (que era todo lo que iba a permanecer y ningún apóstol en el cuidado personal) realmente continúa hasta el regreso de Cristo.»

 

Además en Marcos 13 leemos, "Mirad y velad, porque no sabéis cuándo será el tiempo. Será como el hombre que al salir de viaje dejó su casa y dio autoridad a sus siervos, a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el Señor de la casa, sea a la tarde, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana; no sea que cuando vuelva de repente os halle durmiendo. Lo que a vosotros digo, a todos digo: ¡Velad!". (Versículos  33-37 - RVA).

 

A primera vista esto presentaría solamente una exhortación conmovedora a velar a la espera del regreso del Señor pero en nuestro día podemos discernir más que eso en el versículo 35. El tiempo mencionado es presentado en la figura de la noche comenzando con el tiempo de mayor luz, la tarde; después se instala la oscuridad que culmina en la "medianoche" de la Edad Media; pero vino el despertar de la Reforma al momento del canto del gallo; y finalmente viene la mañana por la cual todavía estamos velando. Cuán claro parece esto ahora pero ello fue envuelto y ocultado en este breve y aun así gráfico esquema por Aquel que conocía el fin desde el principio.

 

De la misma manera si bien la parábola de las diez vírgenes constituye en sí misma la más solemne amonestación a velar en cualquier circunstancia ella contiene también una insinuación de la extensión de tiempo. En algunas versiones de la Biblia en español se puede leer en Mateo 25: 5, "Y como el esposo tardaba", pero en la versión Reina-Valera 1960 leemos, "Y tardándose el esposo". La primera lectura hace que la tardanza sea un mero incidente casual; la segunda menciona la tardanza como una clara acción intencional.

 

A primera vista esta parábola parecería ser meramente una mera imposición moral en cuanto a velar pero a la luz de los acontecimientos ella muestra un retrato, — sólo que demasiado verdadero, —de la época de tiempo. Habría una inmensa concurrencia de cristianos meramente formales portando la lámpara de la profesión pero sin aceite y sin luz verdadera. Las tinieblas caen sobre la época y todos cabecean y se duermen. Es decir, todos, tanto los prudentes como los insensatos abandonan la esperanza de la venida del Señor. Pero a medianoche se oye un clamor: "¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!". El texto en los mejores manuscritos es: "He aquí el Esposo" (no es, "viene el esposo"). El llamado es a prestar atención sobre todo a la persona del Esposo no a Su venida; sin embargo el llamamiento es: "Salid a recibirle!". Probablemente todo el versículo 6 cubre de manera figurativa no sólo el resurgimiento en la Reforma sino cada despertar posterior (Wesley, Whitfield, etcétera), y más especialmente ese resurgimiento hace unos sesenta años de la esperanza del regreso del Señor hasta entonces totalmente perdida. Fue solamente entonces desde los días apostólicos que se mostró a los cristianos que su verdadero llamamiento era "para el encuentro con el Señor en el aire". (1a Tesalonicenses 4: 17 – RVA). Que aquellos a quienes se les dio que expresaran este llamamiento en aquel momento de resurgimiento procuren retener lo que tienen para que no pierdan su corona especial (Apocalipsis 3: 11); no simplemente sosteniendo una determinada doctrina profética sino como aquellos cuyo tesoro está en el cielo y los corazones también están allí y que son aquellos que esperan intensamente la venida del Señor.

 

La parábola de los talentos (Mateo 25: 14-30) exhibe la misma característica. Ella afirma que, "después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos". (Versículo  19). Estas palabras, "después de mucho tiempo", tienen un significado más profundo de lo que pareció inicialmente.

 

La Escritura refuta así a los que dicen que los apóstoles estaban equivocados y que los primeros cristianos erraron al esperar la venida del Señor. Ello demuestra que la intención del Señor era mantener a la iglesia en actitud de expectativa pero a pesar de ello hay claros indicios de una demora intencionada del Esposo.

 

Pero aun así perdura la tendencia a pensar que debido a que ha sido experimentado el paso de un tiempo tan largo debe pasar aún un extenso tiempo adicional antes del regreso del Señor. Sin embargo un contrapeso para esto es proporcionado por la consideración de los acontecimientos actuales de nuestros días que el cristiano no puede ignorar y que en conexión con las Escrituras que se refieren a ellos parecen proporcionar una indicación sorprendente de que la venida del Señor puede estar ahora cerca.

 

Uno de estos acontecimientos es la notable acción del Espíritu de Dios al revivir en los últimos sesenta años la verdad en cuanto a la venida del Señor. Antes de esa fecha la venida era universalmente interpretada como la muerte y la afirmación: "también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Mateo 24: 44) era explicada desde todos los púlpitos como si dicha afirmación significara nada más y nada menos que la muerte. Pero Dios suscitó estudiantes de las Escrituras concienzudos y consagrados a quienes Él impartió el conocimiento y también el don de enseñar que la venida del Señor no significaba nada de eso sino que antes de Su aparición al mundo Él vendrá y se llevará consigo a la iglesia. Esta no es encontrada en los escritos de los así llamados Padres de la iglesia ni en ningún escrito o sermón entre los días apostólicos y los días en que la venida fue deducida de la lectura de las Escrituras en tiempos recientes. El magisterio religioso oficial de todas las clases y grupos de cristianos se opuso firmemente a ella excepto aquellos a los que Dios se la había dado. Ahora bien, no hace falta decir que la verdad de la venida del Señor es bastante bien conocida en la cristiandad y es aceptada por la gran mayoría de los piadosos. Un gran número de estos últimos están ahora esperando fervientemente aquel jubiloso acontecimiento, — el regreso del Señor Jesucristo. ¿Acaso no hay ningún significado en esto? ¿Acaso no es la preparación por el Espíritu Santo de un remanente para esperar al Señor Jesucristo una indicación de que Su venida puede estar a punto de tener lugar? ¡Cuando Él venga cuán bienaventurado es ser uno de los que están esperando con la feliz y ferviente expectativa de verle!

 

Otro acontecimiento de inequívoca significancia es el alarmante movimiento hacia aquello que cuando la iglesia desaparezca se convertirá en LA APOSTASÍA, es decir, el abandono absoluto del cristianismo. Esto ya ha sido explicado de alguna manera en un artículo anterior en esta revista. La Nueva Teología de la época actual no es "la apostasía" ya que dicha teología aún afirma ser cristianismo. Ella no renuncia sino que se cobija bajo el nombre de cristianismo. En realidad esta teología niega todas las doctrinas esenciales de Cristo pero afirma que se trata de «articular de nuevo» las mismas. Dice que «hay una hermosa verdad espiritual debajo de cada venerable (textual) artículo de la fe cristiana, pero tal como ella es presentada popularmente esta verdad ha llegado a estar tan distorsionada como para ser falsa. En simples palabras, el cristianismo hasta ahora conocido es falso.» [Véase nota]. Lo que es este «articular de nuevo» puede ser juzgado por lo siguiente, «Resumiendo brevemente  la posición es la siguiente: Jesús era Dios, pero nosotros también somos uno con Dios. Él era Dios porque Su vida era la expresión del amor divino; nosotros también somos uno con Dios en la medida en que nuestras vidas expresen lo mismo.» [Véase nota].

 

[Nota] Del libro "La Nueva Teología," por, R. J. Campbell, ministro de la Iglesia Templo de la Ciudad, Londres, página 3, 19, 94.

 

A Buen Entendedor, Pocas Palabras. Cualquiera que haya tenido la dolorosa tarea de examinar el libro del cual han sido extraídas estas citas sabrá que son muestras imparciales de su sistema de veladas apostasía y blasfemia. La así llamada «Alta Crítica» de la Biblia es consistente con esto ya que sus exponentes admiten sin rubor que veinticinco años antes ella habría sido considerada «subversiva de los fundamentos de la fe.»

 

Sin embargo el objetivo no es aquí criticar ni denunciar tales movimientos sino señalar la significancia de ellos. El cristiano instruido apenas puede dudar de que tenemos en ellos el comienzo de ese accionar del error que en su madurez llegará a ser "la apostasía" de 2ª Tesalonicenses y que traerá eterna condenación a los que la acepten. Pero este desarrollo no puede ocurrir mientras la iglesia en que mora el Espíritu Santo permanece abajo. (2ª Tesalonicenses 2: 6). Pero, ¿quién puede decir el momento en que este poder que detiene será quitado por el arrebatamiento o rapto de la iglesia? La popularidad de los nuevos dogmas entre todas las denominaciones de cristianos es incuestionable. Entonces nosotros vemos aquí la mente del hombre estando preparada para los engaños que seguirán al traslado de la iglesia. Y podemos preguntarnos, ¿no puede ser esto también significativo de que la venida del Señor está ahora cerca?

 

Los dos indicios que hemos estado considerando tienen relación con el cristianismo. En primer lugar antes dela aparición de la terrible Nueva Teología el Señor, como para preparar y fortalecer a los Suyos contra lo que venía, hace que la esperanza de Su regreso sea sacada a la luz junto con un conjunto de verdades celestiales calculadas para ceñir a la iglesia y dirigir las mentes de los hijos de Dios a su verdadero y celestial llamamiento. En segundo lugar el virtual abandono del cristianismo preliminar a la apostasía pública que ha de seguir al rapto o arrebatamiento de la iglesia.

 

Pero afuera de la esfera eclesiástica pueden ser observadas premoniciones. El judío parece estar despertando del letargo de siglos. El sionismo y el llamado movimiento "OTI " [Véase nota] han sido mencionados en un número anterior de esta revista. Indudablemente hay un resurgimiento de las aspiraciones nacionales entre los judíos aunque está amortiguado por dos influencias. Muchos de ellos no simpatizan con nada más que con una mejora de su condición en el mundo. Por otra parte algunos de los poderes gentiles están celosos de que ellos formen cualquier organización entre ellos mismos. Pero el movimiento judío es igualmente un movimiento que probablemente recibirá un ímpetu a partir de la terminación de la existencia terrenal de la iglesia.

 

[Nota]. Las letras 'OTI' son simplemente las iniciales de la 'Organización Territorial Judía' fundada por el señor Israel Zangwill autor del libro "Los Hijos del Gueto" publicado en 1892.

 

El esfuerzo por obtener la independencia egipcia también tiene importancia pues Egipto (el "rey del sur" de la profecía de Daniel) será una potencia prominente en el período posterior a la Iglesia. Los disturbios en la India, la inesperada revitalización de Turquía mediante reformas constitucionales y otras operaciones progresistas tienen cada uno de estos acontecimientos importantes y bíblicos vínculos con nuestro tema. Sin embargo el espacio impide los detalles. Pero ya sea que consideremos el estado de la iglesia o de lo que es llamado el mundo cristiano o la condición de las naciones, el mundo parece estar maduro para la venida del Señor y un sondeo inteligente de la situación parece proporcionar una respuesta abrumadora a la pregunta acerca de Su venida con la que comenzamos. "El que tiene oído, oiga". "¡He aquí, vengo pronto!" (Apocalipsis 22: 7, 12, 20).

 

E. J. Thomas

 

¡Si en la ocasión del nacimiento del Salvador el mundo no tuvo "lugar" o acogida para Él! por otra parte qué acogida nos ha asegurado el Salvador en las "muchas moradas" de la casa del Padre en lo alto (Juan 14: 1-3) donde en verdad no hay «escaso lugar.» Echado fuera por el mundo Él ha ido allí y desde allí vendrá de nuevo para tomarnos consigo mismo para que nosotros estemos donde Él ahora está y para estar con Él para siempre. A Él, pues, Le esperamos, a Aquel que viene en breve. "Amén; sí, ven, Señor Jesús".

 

Traducido del Inglés por: B.R.C.O. – Octubre 2022

 

Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:

RVA = Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano).

Título original en inglés:
"The Lord's Coming and the Lapse of Centuries"
Traducido con permiso
Publicado por:
www.STEMPublishing.com
Les@STEMPublishing.com

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