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Apostasía: "Has dejado tu primer amor"

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Apostasía: "Has dejado tu primer amor"

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles (" ") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RV60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.

 

De la revista "Present Testimony", Volumen 4, 1852

 

Lectura Bíblica: Apocalipsis 2: 1-7.

 

No puede haber duda alguna de que hay una obra particular que el Señor tiene en perspectiva en cualquier período particular de la historia de la Iglesia cuando Él actúa en cualquier poder.  Por lo tanto, se convierte en un asunto de interés particular conocer cuál es la verdad particular que el Señor tiene en perspectiva en un momento dado, porque así, con una mayor comprensión, nos convertimos en colaboradores con Él. Como ilustraciones del hecho yo pienso que podría aducir la presentación de la corrupción original y total del hombre en tiempos de Agustín de Hipona en oposición al Pelagianismo, la justificación en tiempos de Lutero, la necesidad de la Regeneración en tiempos de los Wesley, etc.

 

Con respecto a nosotros y a la obra especial del Señor ahora, está claro que es una obra interna. La promesa del Señor fue que antes de Su regreso real, el clamor debe salir de nuevo: "¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!". Ese clamor iba a actuar sobre ellas mismas. "Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas". (Mateo 25: 5-7).  Entonces, a lo que el Señor ha despertado nuestra atención ahora es al hecho solemne de que todas han cabeceado, prudentes e insensatas juntamente, mientras el Esposo se ha tardado; de hecho, es la apostasía completa, y el alejamiento de la Iglesia profesante de la verdad y de la posición una vez entregada a los santos. Nosotros encontramos que hemos sido envueltos en corrupción, y el asunto es de qué manera escapar de esa corrupción.

 

La manera de escapar de esa corrupción no es meramente salir de los cuerpos corruptos, aunque eso es necesario; nosotros debemos salir de todo cuerpo que se congrega sobre principios falsos pues de lo contrario nunca podremos tener siquiera un buen comienzo: y aun así, si llevamos con nosotros las semillas de la corrupción, sin prestarles atención y sin juzgarlas, el resultado volverá a ser el mismo, sólo que peor, a causa de nuestra mayor luz, responsabilidad y profesión.

 

Entonces, si nosotros tuviésemos la directriz del Señor ahora, creo que ella es: "Al que venciere" (y eso es en el interior), y si supiéramos qué es lo que debe ser vencido, yo creo que ello está indicado en esa palabra: "Has dejado tu primer amor" (Apocalipsis 2: 4) . Suponer que no tenemos que vencer ni siquiera interiormente porque hemos asumido una posición de separación, aunque fuera una separación séptuple, ello sólo nos engañaría enteramente y tal vez nos sumiría en la misma corrupción. Entonces, si nosotros escudriñamos en la palabra de Dios cuáles son las causas y los principios de la corrupción, cuál es el elemento preservador, yo creo que encontraremos que estas cosas son particularmente sencillas. En el hecho de descansar en aquello a que hemos llegado actualmente, yo creo que nosotros encontraremos el todo, es decir, el secreto general de ello. Consideren ustedes a Israel, ¡y cuán claramente lo encontramos descrito! En Deuteronomio 32, después de toda la maravillosa gracia de, — "Le halló en tierra de desierto, y en yermo de horrible soledad;, lo condujo… hizo que chupase miel de la peña…  Mantequilla de vacas… y de la sangre de la uva bebiste vino", — preguntamos, ¿cómo entra la corrupción? Él descansa autocomplacientemente en la benignidad de Dios para con él, en lugar de descansar en Dios y caminar con Él como una cosa vigente, leemos, "Engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa)", y como una consecuencia natural, "abandonó al Dios que lo hizo, y menospreció la Roca de su salvación". Todo ese cántico de Moisés es de suprema importancia; es, yo creo, la anatomía que Dios hace de la corrupción del hombre. Yo creo que nosotros tenemos el mismo relato del proceso, y el dolor de Dios por esta dejación del primer amor en Jeremías 2: 2-5 donde leemos, "Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová. Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres?" etc. Él les recuerda la tierra desierta por la que los condujo (versículo 7) "Y os introduje en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad". "Me dejaron a mí, fuente de agua viva (versículo 13), y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua". Lo mismo es encontrado con toda claridad en Ezequiel, capítulo 16, donde leemos, "Tu padre fue amorreo, y tu madre hetea… yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres… te dije: ¡Vive!... Te hice multiplicar… tus pechos se habían formado… fuiste adornada de oro… Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor. Pero CONFIASTE en tu hermosura, y te prostituiste A CAUSA de tu renombre", y así sucesivamente. En el tiempo de nuestro Señor, allí los encontró. "No penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre". (Mateo 3: 9).

 

Veamos ahora al gentil (Epístola a los Romanos capítulo 11). Su lazo sería: "No te ensoberbezcas". (Romanos 11: 20). En Apocalipsis 2 tenemos la descripción que Cristo presenta de la corrupción. Cada mal que ustedes tienen en Tiatira, Sardis o Laodicea, tiene, creo yo, su germen en esa sencilla palabra en Éfeso: "Has dejado tu primer amor", en medio de toda la altura a la cual la Epístola a los Efesios evidentemente muestra que Dios los había llevado, y el discurso de Cristo también lo atestigua. (Apocalipsis 2: 2, 3).

 

Entonces, ciertamente estas cosas están escritas ante nosotros con un lápiz de luz; y no debe ser de poca importancia para el santo prestarles atención. Si queremos obtener el elemento preservador, el "amor de Cristo" proporciona uno, y Filipense 3: 13 proporciona otro aspecto; — "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que hemos alcanzado la madurez pensemos de este modo". (Filipenses 3: 13-15 - RVA). Por tanto, este debe ser nuestro manantial, conservado sencillo y fresco hasta el final.

 

"El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron"; (es decir, todos los creyentes murieron en Él, o con Él),  "y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos". (2ª Corintios 5: 14, 15).  Este, yo digo, debe ser nuestro sencillo y original motivo hasta el fin. Y además, como dice el Apóstol, "olvidando lo que queda atrás". Cuando éste no es el caso, cuando el alma descansa en aquello a que ha llegado, dicha alma se vuelve autosatisfecha: tal vez ella descansa en el conocimiento previamente acumulado el cual, como el maná, sólo cría gusanos, y se corrompe por falta de ser recogido día a día. Y yo comentaría que todo conocimiento de la verdad acumulado más allá de nuestra actual comunión no sólo no es una bendición, sino que es un agravio. Nosotros no podemos poner ningún límite a la medida en que el Señor puede enseñarnos y guiarnos, pero una vez que el conocimiento se convierte en un objeto para mí, aparte del propio Señor, yo también puedo, y será mejor, ocuparme acerca de algún otro objeto. A menudo la conciencia con la que es más difícil tratar y despertar es aquella que todo lo sabe. Ustedes no le pueden decir nada nuevo. El conocimiento previo de estas personas sin comunión es como una lámina protectora puesta sobre "la espada del Espíritu", ello hace que la espada sea desafilada, ineficaz. Además, el hecho de estar así cargado de vano conocimiento hace que el santo esté inquieto, como un estómago sobrecargado que no sabe lo que le pasa. Él ya no tiene apetito para las cosas sencillas. Debe tener algo nuevo e irresistible, o algo que satisfaga su gusto particular. Bien dice el sabio: "El hombre saciado desprecia el panal de miel; pero al hambriento todo lo amargo es dulce". (Proverbios 27: 7). A menudo él confunde esta inquietud e insatisfacción con espiritualidad sin saber que la congoja está en él mismo, que él no está en el punto correcto para la satisfacción (Juan 6: 35), y por lo tanto está insatisfecho con todo y con todos.

 

¿Podríamos no mirar nuestros propios corazones y ver cómo están nuestros corazones en cuanto a esto? ¿Somos nosotros tan sencillos y lozanos como una vez lo fuimos? El ejemplo de Éfeso expresa lo fundamental del asunto. Entonces, cultivemos nosotros aquel gusto sencillo, atesorando, amando y recibiendo todo lo que es de Dios, sea ello débil o fuerte (pues uno puede errar en cualquier sentido. Amemos toda la Palabra de Dios, no formándonos gustos particulares, ni escogiendo partes particulares, pues "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado" (2ª Timoteo 3: 16, 17), no teniendo gustos particulares en los santos que seleccionamos para relacionarnos, — esto conduce a una camarilla y a la justicia propia, y a un carácter cristiano unilateral: y además, el hacer diligentemente lo que tenemos que hacer acerca del llamamiento mundano, el hacer diligentemente todo lo que Dios nos capacita para hacer en cualquier forma de servicio espiritual, no discutiendo críticamente acerca de dones; porque la verdadera habilidad de Dios es un don.

 

"Que prediques la palabra", dice Pablo a Timoteo, "redarguye, reprende (2ª Timoteo 3), haz obra de evangelista, cumple tu ministerio" (2ª Timoteo 4: 5), ¿por amor a Cristo, por la obra de Cristo? ¿Nos deleitamos tanto en Su palabra, por amor a ella o por amor a Él, no para un mero conocimiento? Ciertamente debiese haber un apetito al respecto, —  Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis", — y, en relación con eso, erradicar el mal de nuestros corazones, porque es imposible crecer sin eso; "desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones". (1ª Pedro 2).

 

Entonces, yo me he esforzado en mostrar que la raíz de toda apostasía y corrupción (y no sabemos hasta dónde eso puede llegar, pues cuanto más ha sido el conocimiento, el gozo y la consagración, tanto más profundamente se hunde cuando se corrompe), va a ser encontrada en descansar en el logro actual, en lugar de ser nosotros mantenidos lozanamente en el amor de Cristo.

 

Nada es más saludable para la propia alma que dar a conocer cuidadosamente el Evangelio, en público o en privado. La aversión a eso es una mala señal. "El que sacia a otros también será saciado". (Proverbios 11: 25 – RVA). Finalmente, reconociendo la pobreza de nuestros esfuerzos y la desesperanza de la ruina que todavía procuramos superar en gracia, proclamando la palabra de vida, — debemos esperar lo único que enmendará todo. Esa "esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo". (Tito 2: 13).

 

Y si nuestros pobres corazones sienten que de alguna manera hemos recaído,  y hemos caído bajo el poder de esta corrupción, ¡oh cuán bienaventuradamente Cristo nos sale al encuentro! "Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte ". (Apocalipsis 3: 18). ¡A Él sea la gloria!

 

Traducido del Inglés por: B.R.C.O. – Enero 2024

 

 

Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:

 

RVA = Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano).

Título original en inglés:
Apostasy: "Thuo has left thy first love"
From: Present Testimony Magazine
 Traducido con permiso
Publicado por:

Versión Inglesa
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