El
Cumplimiento del Tiempo
Todas
las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60).
Paul Wilson
1ª Parte
de: TÉRMINOS PROFÉTICOS
Nosotros estamos
viviendo en tiempos importantes, en días en los que grandes cambios están ocurriendo en todo el mundo. Es una
época de agitación y además de esto el mundo está en el umbral de acontecimientos aún mayores.
Muchos hombres del mundo están perplejos y temerosos en cuanto al futuro. Nadie puede considerar el futuro en cinco,
diez o veinte años con algo de calma. Las aguas internacionales están perturbadas y hay muchos elementos explosivos
que hacen que un hombre sobrio tema.
Ahora bien, en
medio de escenas de confusión algunos hombres profetizan que vendrán tiempos mejores y extraordinarios. Muchos
tienen planes para el mejoramiento de la humanidad. Panaceas son ofrecidas, son puestas a prueba y luego son descartadas,
pero la aprensión crece.
Hermano cristiano,
este es un momento en el que debemos procurar tener los pensamientos de Dios y no los del hombre en cuanto al presente mundo
malo y su futuro. Hay solamente un Libro en todo el mundo que puede decir el futuro y sin embargo cuán pocos cristianos
hay que entienden mucho de lo que este Libro dice. Ciertamente Dios nos ha dado la palabra profética como una antorcha
que alumbra en lugar oscuro (2ª Pedro 1: 19), y hacemos bien en estar atentos a ella.
Sería imposible
presentar una exposición completa de la palabra profética en estos artículos, pero con la ayuda del Señor
esperamos considerar algunas de las expresiones y términos usados en relación con la profecía. Una comprensión
más clara de estos términos debería permitir al cristiano joven en cuanto al Camino tener un mejor esquema
de la profecía y así discernir el carácter del día en que vivimos. Además, Él debería
ser capaz de mirar hacia adelante con gozosa anticipación a su propio bienaventurado futuro y ver la escena que lo
rodea tal como Dios la ve. Tener los pensamientos de Dios acerca del mundo y comprender mejor lo que Él ha decretado
con respecto a él tendería a darnos más calma y paz cuando vemos la tendencia a la conflictividad y a
la conmoción de todo lo que hasta ahora era considerado estable. Por otra parte, no nos afectarán ni la falsa
esperanza de los falsos profetas de nuestros días que todavía predican la paz, la seguridad y el mejoramiento;
ni los lamentos del pesimista que ve el socavamiento de todo lo que es sólido. Seremos capaces de mirar más
allá de las tinieblas y disfrutar incluso ahora de la perspectiva de las cosas que no pueden ser conmovidas.
"Así
que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole
con temor y reverencia ". (Hebreos 12: 28).
“El
cumplimiento del tiempo".
Sería útil
considerar en primer lugar un término usado por Dios que nos hace volver la mirada al pasado ya que se refiere a la
introducción del fundamento de toda nuestra bendición.
"Pero cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese
a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos". (Gálatas 4: 4, 5).
El cumplimiento
del tiempo (en singular) retrotrae la mirada a los cuatro mil años de historia del hombre en la tierra antes del nacimiento
de Cristo. Durante este tiempo Dios estuvo probando al hombre de muchas maneras sucesivas. Por parte del hombre todas las
pruebas terminaron en un triste y rotundo fracaso. No importó de qué manera el hombre en la carne fue
probado, él no superó la prueba y fue hallado falto.
Toda la extensión
del Antiguo Testamento es una historia de fracaso. Piensen ustedes en la maravillosa oportunidad que tuvieron Adán
y Eva cuando todo había recién salido de la mano de Dios en el huerto y sin embargo ellos prestaron su atención
al engañador y cayeron. El hombre en inocencia no estaba a prueba contra el pecado cuando se le puso a prueba.
Después
que el hombre caído fue echado fuera de la presencia de Dios él pronto llenó la tierra de violencia y
corrupción (véase Génesis capítulos 4 y 6). La iniquidad era tan desenfrenada que Dios limpió
la tierra con el diluvio e hizo un nuevo comienzo en Noé y su familia. Casi inmediatamente entró el fracaso
en Noé mismo, y pronto su posteridad cambió "la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de
hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles". Romanos 1: 23. La idolatría, que no había
sido mencionada antes del diluvio, se convirtió en la norma.
Entonces Dios
llamó a Abraham a salir de entre los idólatras (Josué 24: 14) para que caminase con Él. Él
escogió a la descendencia de Abraham como Su pueblo especial y les dio todas las oportunidades para servirle. Los trató
sin la ley y con la ley; les dio el sacerdocio y éste fracasó; les envió profetas y les dio reyes; pero
todo es la misma triste historia de fracaso. Si alguna vez un pueblo natural, — el hombre en la carne, — tuvo
la oportunidad de producir fruto para Dios, los hijos de Israel la tuvieron.
Dios los asemeja
con una viña que Él mismo plantó, pero que nunca llevó fruto para Aquel que la plantó.
Él buscó fruto, pero no hubo fruto alguno. (Mateo 21: 33-41; Salmo 80: 8-13; Isaías 5: 1-7). En Lucas
20, después de hablar de la falta de fruto que recibió de Su viña, Dios dice,
"¿Qué
haré?"
Es como si Él
hubiera llegado a un extremo. Todo esfuerzo y todo cultivo del hombre natural para producir fruto habían resultado
inútiles; y Dios pregunta: "¿Qué haré?". La decisión es tomada y Dios responde
a Su propia pregunta con,
"Enviaré
a mi hijo amado; quizás cuando le vean a él, le tendrán respeto". Lucas 20: 13.
Y con este versículo
nosotros volvemos a Gálatas 4: 4.
"Pero cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo". ¡Bendito sea Dios! Él concluyó
que el hombre no podía producir fruto, y dejó de buscarlo. Él decidió actuar en el amor y la gracia
de Su corazón y enviar a Su Hijo amado.
"En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió
a su Hijo". 1ª Juan 4: 10.
Todos nosotros
conocemos la respuesta a esta expresión del amor de Dios. Ellos clamaron: "¡Fuera, fuera!". ¡Ellos
Le echaron fuera! Y Dios triunfó sobre la abundante iniquidad de ellos e hizo que Aquel bendito fuera ofrenda y sacrificio
por el pecado. Efectivamente, cuando el hombre hubo hecho lo peor que pudo hacer, Dios hizo lo mejor. Qué
historia de amor, — ¡amor divino! — amor que dio el objeto más querido de Su corazón por los
objetos menos merecedores de ser amados. Él envió a Su Hijo para redimir. Él nos lleva a Sí
mismo conforme a Su amor, pero también de acuerdo con Su carácter santo. Su Hijo amado debía morir, —
debía llevar nuestros pecados, — si nosotros habíamos de ser salvos.
Gálatas
continúa hablando de ser llevados a Dios como "hijos" con el Espíritu de Su Hijo en nuestros corazones.
¡Oh, profundidad del amor y de la sabiduría de Dios! Nosotros bien podemos mirar hacia atrás al "cumplimiento
del tiempo", y regocijarnos por el hecho de que nosotros no estamos en período de prueba, pero si creemos en Aquel
que fue entregado por nuestras transgresiones, somos salvos y somos llevados a Dios como hijos.
Paul Wilson
Traducido del
Inglés al Español por: B.R.C.O.- Octubre 2024.