PRIMERA
VENIDA DE CRISTO
Todas
las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras
versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.
Paul Wilson
5ª Parte
de: TÉRMINOS PROFÉTICOS
Las Escrituras
del Antiguo Testamento abundan en profecías acerca de la venida del Mesías.
En Miqueas 5:
2 se predijo que este venidero "gobernante de Israel" nacería en Belén, en la tierra de Judá.
La eternidad de Su existencia también fue mencionada en el mismo versículo. (Miqueas 5: 2 – RVA).
Isaías
7: 14 dice que Él iba a nacer de una virgen y que iba a ser llamado Emanuel.
Luego, en Isaías
9, Su deidad fue anunciada y se dijo que tendría el trono de David.
Que Él
vendría a través de la familia de David fue claramente profetizado en Isaías 11 y en el Salmo 132.
El tiempo aproximado
de Su primera aparición fue indicado incluso en Daniel 9.
Podrían
ser hechas muchas otras referencias a las promesas y profecías concernientes a Él, pero el espacio no lo permitirá.
Ha sido citado lo suficiente para demostrar la existencia de información precisa presentada por Dios por la cual Su
Ungido pudo y debió haber sido esperado, y descubierto cuando vino.
Pero ¿cómo
sucedió? ¿Le estaba esperando el mundo o incluso la nación de Israel? Y cuando Él vino, ¿se
regocijó Su pueblo terrenal por el hecho de que Él había venido? No, no, no. Aunque vino de la línea
real de David Él fue un Desechado desde el principio. Personas pudientes y socialmente prominentes ocupaban el mesón
(posada), pero para Él no hubo lugar. Él fue acostado en un pesebre. (Lucas 2: 1-7).
Los judíos
se jactaban de que se les había confiado las Escrituras y éstas eran leídas todos los días de
reposo en sus sinagogas; pero, salvo un pequeño puñado, nadie esperaba a su Mesías. Su nacimiento pasó
casi desapercibido, y una anciana (Ana, la profetisa) pudo hablar de Él a todos los que esperaban la redención
en Jerusalén. (Lucas 2: 36-38).
Cuando el rey
Herodes se enteró de Su nacimiento convocó a todos los principales sacerdotes y a los escribas de los judíos
para pedirles información sobre el Rey que venía. Estos líderes pudieron citar al profeta Miqueas en
cuanto al lugar de Su nacimiento, lo que demostró que ellos estaban enterados de la letra de la Escritura; pero no
hicieron ni un solo movimiento para verle. Sus corazones estaban lejos de Él. ¡Triste, triste estado verdaderamente!
(Mateo 2: 1-6).
Paul Wilson
Traducido del
Inglés al Español por: B.R.C.O.- Octubre 2024.
Otras
versiones de La Biblia usadas en esta traducción:
RVA
= Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano).