EL
MILENIO
Todas
las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras
versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.
Paul Wilson
10ª Parte
de: TÉRMINOS PROFÉTICOS
Cuando el Señor
Jesús, como el Hijo del Hombre, regrese en llama de fuego para vengarse de Sus enemigos, Él estará preparando
la tierra para el maravilloso tiempo del que a menudo se habla como el Milenio. Muchos han pensado erróneamente que
el evangelio de la gracia de Dios debe ser difundido primero por todo el mundo y así preparar el camino para que Cristo
venga y reine. Pero por el contrario, el evangelio está siendo despreciado y corrompido, y pronto los verdaderos cristianos
serán sacados del mundo para estar con Cristo en la casa del Padre. Entonces juicios de creciente severidad seguidos
por la venida del Rey Guerrero limpiarán la tierra antes de Su justo reinado. El juicio, y no el evangelio, preparará
el camino para el Milenio.
La palabra "Milenio"
no se encuentra en las Santas Escrituras sino que ha sido acuñada a partir de dos palabras latinas para designar un
período de "mil años". Aunque la palabra misma no está allí el asunto en sí es
encontrado claramente en muchas partes de la Biblia. El Antiguo Testamento abunda en referencias al maravilloso reinado de
Cristo y sus efectos sobre el mundo, las naciones y los hijos de Israel. El Señor Jesús también se refirió
a esta época en los evangelios y cuando llegamos al libro del Apocalipsis encontramos los "mil años”
mencionados seis veces en los primeros siete versículos del capítulo veinte. El Antiguo Testamento no revela
la duración de la época pero el libro del Apocalipsis sí lo hace.
Nosotros tenemos
también muchos tipos en el Antiguo Testamento que apuntan a Cristo como Rey. Para mencionar sólo dos, David
y Salomón, nosotros vemos en ellos tipos de Cristo viniendo en juicio y luego reinando en paz. David fue el rey rechazado
aunque coronado, tal como Cristo lo está ahora. Luego llegó el día cuando él ascendió al
trono, y su reinado se caracterizó por la guerra. En sus días los enemigos de Israel fueron sometidos; y luego
Salomón, después de establecer el reino sobre principios justos, reinó sin "adversarios, ni mal
que temer". (1º libro de Reyes 5: 4). Uno es un tipo de Cristo abatiendo a Sus enemigos, y el otro de Cristo reinando
en paz y justicia después. Obviamente nosotros debemos recordar que éstos son sólo tipos, y que los mejores
hombres colapsan como tipos. ¡Qué colapso hubo en Salomón, como tipo de Cristo reinando en sabiduría
y justicia! Pero cuanto más insuficientes son los tipos, tanto más se destacará Cristo, el bendito Antitipo.
Salomón, cuando estuvo en su mejor momento en sus comienzos, mostró una sabiduría inusual, pero fue sólo
después de ver con sus ojos y oír con sus oídos; pero de Cristo leemos,
"No juzgará
según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos". (Isaías11: 3). Él
conocerá todo plenamente.
Si la reina de
Saba se sintió abrumada por la exhibición de gloria terrenal que se encontraba en Salomón, el tipo de
Cristo, ¡qué sentirán los salvados de las naciones cuando Cristo reine realmente! Si el tipo fue tan grande,
¡qué será la esencia!
En la escena de
la transfiguración (Mateo 17: 1-8; Lucas 9: 27-36) hay una muestra del reino venidero de Cristo. Pedro se refiere a
ella en 2ª Pedro 1: 16-18, diciendo que ellos fueron testigos oculares de Su majestad. Era el reino venidero mostrado,
por así decirlo, a escala. Allí estaba el Señor transfigurado ante ellos.
También
estaban Moisés y Elías, los cuales tipifican a los santos celestiales, — Moisés es un tipo de los
que mueren, y Elías de los que van al cielo sin morir. Pedro, Santiago y Juan representan a los santos terrenales en
cuerpos naturales. Así, en el reino, los celestiales y los terrenales serán acercados, y Cristo será
el Objeto para todos.
En el Milenio,
la maldición pronunciada sobre la tierra en Génesis capítulo 3 habrá sido eliminada. Los espinos
y los abrojos no estarán presentes como lo están ahora pues leemos que "en lugar de la zarza crecerá
ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán". (Isaías 55: 13). Todo será maravillosamente
fértil en aquel entonces. Las cosechas serán tan abundantes que el que ara alcanzará al segador. (Amós
9: 13). Los Salmos 65 y 72 describen también la plenitud que será producida por la tierra en aquel tiempo. Las
estaciones van a permanecer pero todo será ordenado para bendición, excepto donde haya desobediencia entre las
naciones. Zacarías 14 predice la retención de la lluvia a cualquier nación que no suba a celebrar la
fiesta de los tabernáculos en Jerusalén.
Incluso los animales
se beneficiarán del reinado benéfico de Cristo. En la actualidad están sometidos a padecimiento a causa
de la caída. Fueron sujetos a vanidad por la caída de la cabeza de la creación, — Adán.
(Epístola a los Romanos 8: 19-22). Durante el Milenio ellos serán libertados de tal esclavitud, y según
Isaías capítulos 11 y 65, la enemistad entre ellos dejará de existir.
Los judíos
que ahora son aborrecidos y despreciados en muchos, muchos lugares a través del mundo, y se les prohíbe entrar
en su propia tierra, serán traídos de regreso. Aquellos que son apóstatas y reciben al anticristo encontrarán
su perdición cuando Cristo regrese en juicio. Después, los pocos fieles que fueron acosados y perseguidos, junto
con los dispersos por toda la tierra serán traídos de regreso por el Señor. Eso está escrito en
Mateo 24: 31, donde leemos,
"Enviará
sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del
cielo hasta el otro".
Tan grande será
la reunión nacional de Israel que en aquel entonces ellos no se referirán al Señor como si los hubiera
sacado de la tierra de Egipto, sino como si los hubiera sacado de la "tierra del norte, y de todas las tierras adonde
yo los había echado". (Jeremías 23: 3-8). Tanto Judá como las diez tribus serán traídos
de regreso a habitar como un solo pueblo en la tierra. La bendición de ellos será como "vida de entre los
muertos" (Romanos 11: 15), y como la resurrección de los "huesos secos" de Ezequiel capítulo
37. Estas Escrituras y también Isaías 26: 19, no hablan de la resurrección del cuerpo sino de la resucitación
nacional de Israel para la bendición milenial.
Entonces Israel
podrá cantar como en el Salmo 48: "Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sion… la
ciudad del gran Rey". La magnificencia de la ciudad de Jerusalén superará cualquier cosa que el mundo haya
visto jamás. Muchas Escrituras predicen las futuras prominencia y bendición de Jerusalén y de la tierra
de Israel. De la lectura de Zacarías capítulo 14 nosotros deducimos que habrá ciertos cambios físicos
en las inmediaciones.
Quién en
la tierra puede describir los horribles padecimientos de los judíos desde la destrucción de Jerusalén
en el año 70 d.C.? Qué recompensa para aquellas fatídicas palabras: "Su sangre sea sobre nosotros,
y sobre nuestros hijos". (Mateo 27: 24, 25). Pero si bien "Él ha herido" así se dirá:
Él “nos aplicará el vendaje". (Oseas 6: 1 - VM). Cuando el "Rey de gloria" aparezca, entonces
se cumplirán las palabras del poeta:
«Aquellos
años sombríos se han disipado, los años de lamento de Israel;
El sol naciente
con rayo sanador proclama el regreso del Rey.»
En cuanto a las
naciones gentiles, ellas también serán bendecidas. Aquellos de los gentiles que queden después de los
días de juicio serán traídos al Milenio y serán bendecidos al reconocer al Rey de Israel. Actualmente
las naciones están buscando medios para asegurar la paz pero no puede haber paz duradera todavía. Antes que
tal paz pueda llegar a este mundo atribulado se espera un tiempo aún peor. En lugar de paz, el profeta Joel nos dice:
"Proclamad
esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes… Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas
de vuestras hoces". (Joel 3: 9-17).
Pero en el Milenio
se cumplirá lo siguiente,
Él "juzgará
entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en
hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra".
Isaías 2: 4. Ocuparse en adiestrarse para la guerra, — la investigación científica y cosas por
el estilo,— continuará y aumentará por el momento, pero cuando Cristo reine ellos no se adiestrarán
más para la guerra. Señor, ¿cuánto tiempo falta hasta entonces?
Pero ¿qué
sucederá con la Iglesia, — los verdaderos cristianos de este día, — durante el maravilloso reinado
de Cristo? (Lean ustedes Apocalipsis 21: 9 a 22: 5). En estos versículos nosotros vemos algo de la gloria celestial
de la Iglesia exhibida en aquel período. Obviamente, el lenguaje es figurado, pero aun así es una hermosa descripción
de magnificencia y gloria. Ella es vista descendiendo del cielo y es mostrada sobre la tierra. Así los santos celestiales
reinarán con Cristo (toldo sobre la tierra) en aquel día. Ellos van a estar asociados con Él en Su reinado,
— el reinado no será sobre ellos, por maravilloso que eso será para la tierra. Los salvos de las naciones
van a andar en la luz de esa ciudad celestial, de la cual el Cordero es la luz.
Satanás,
el diablo y archiengañador será atado en el abismo durante el Milenio. (Apocalipsis 20: 1-3).
«Tú
vienes, poderoso Salvador, Rey de reyes, tu nombre escrito;
¡Ya vienes,
Salvador regio! Viniendo por Tu reino prometido.
"Oh la alegría,
cuando la confusión del pecado termina bajo Tu justo dominio;
Oh la paz, cuando
todo engaño en Tu presencia se extingue.»
Paul Wilson
Traducido del
Inglés al Español por: B.R.C.O.- Noviembre 2024.
Otras
versiones de La Biblia usadas en esta traducción:
VM
= Versión Moderna, traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas
- 1166 PERROY, Suiza).